Bauzá contra el resto del mundo. O al revés, porque el resultado es el mismo, pero con la salvedad fundamental de que, en este momento, quien tiene capacidad de maniobra no ejercida para desbloquear la situación, es el president del Govern. Coincidiendo con el octavo día de una huelga docente que logra resistir y aglutinar creciente respaldo de padres y de un sector social considerable, el Parlament ha validado el decreto del Tratamiento Integral de Lenguas (TIL) Ni la bronca entre los escaños, ni el griterío de una calle vestida de verde, han llevado al Govern, siquiera por un minuto, a recapitular y pensar que quizás se haya precipitado en las formas y los plazos. O, a lo mejor sí, ha tropezado con la realidad, pero carece del valor de admitir que los demás pueden tener buenas intenciones y, por tanto, propuestas aceptables que, en este caso, irían avaladas por el refrendo profesional y científico. El president se ampara y apela a la amplía mayoría parlamentaria que le sustenta y sobre la que se crece. Es la indiscutible fuerza de los votos. Sin embargo, en el caso del TIL, aunque sólo fuera por la diversidad del variado colectivo de discrepantes, cabría preguntarse si no resulta conveniente regenerar lo cosechado en las urnas con el diálogo y consenso.

Bauzá anda sobrado de aritméticas parlamentarias, pero carece de dotes negociadoras, una dificultad que le perjudica a él como persona y cargo público, pero también edulcora y diluye la democracia y reseca la convivencia social. Sólo falta que le pidan cambio de actitud, las altas instancias estatales del PP. De llegar a darse esta circunstancia, aunque sea de forma amagada, en este momento cambiará. Acreditada tiene su mejor apetencia por un cocido madrileño que por una sobrasada. Las pretensiones de promoción política, mirando a la calle Génova de Madrid, son tan exageradas que pueden estallar en su propio intento. El mismo día en que el secretario general del PP empieza una rueda de contactos con los alcaldes del partido para exigirles disciplina política ante el TIL, salta el primer edil de Palma, Mateo Isern y recomienda diálogo «cuanto antes». Lo mismo han hecho otros alcaldes de Ibiza y de Mallorca. Pero no han sido las únicas voces destacadas que se han dejado oír. El obispo de Mallorca, Javier Salinas, también ha abogado por la negociación a través de su blog personal.

Bauzá, arrastrando a su Govern, se está arrinconando en un callejón sin salida. Dice que con el TIL se ha optado por la libertad y el equilibrio lingüístico. Reniega de la inmersión en catalán afirmando que es la causa del fracaso escolar, sin tener en cuenta que los datos objetivos dejan en mejor posición, en cuanto a nivel de castellano, a los escolares de Balears que a los de la Península. Los sindicatos intentan sentar en la mesa de Educación a miembros de la asamblea de docentes haciendo ver que el Govern no convoca al órgano competente para la negociación. Mientras los profesores movilizados piden la dimisión del presidente, el PSOE lo califica de «pirómano» y Més de «iluminado». El conflicto parece abocarse al precipicio. No hay comprensión veraz ni explicación para la insostenible situación que se está viviendo.