Leo que el cerebro necesita entre uno y cinco días para readaptarse tras las vacaciones, y a mis neuronas que, como decía el añorado Rubianes, me beben y me fuman, seguro que muchos más. Tal vez este descubrimiento pseudocientífico esté detrás de la cerrazón del presidente José Ramón Bauzá y su consellera de Educación, la tristemente famosa a pesar de su bisoñez, o tal vez por ella, Joana Maria Camps, una agente de la propiedad metida en berenjenales educativos por obra y gracia de Bauzá. Ella mueve los labios y el presi habla por su boca, cual ´Rockefeller´ y José Luis Moreno del Govern. Solo Eduardo Punset sería capaz de desentrañar qué extrañas conexiones neuronales han propiciado la idea de aplicar un modelo trilingüe en las escuelas de Balears sin los profesores necesarios para ello. Ahora mismo, y a tenor de lo que explica una abrumadora mayoría de docentes, lo único que se conseguirá es que los alumnos de las Islas se expresen igual de mal en tres idiomas, en lugar de en dos. Todo sea por acabar con las madrasas del pancatalanismo (vulgo escuelas) que desde los tiempos de Cañellas, un rojillo para Bauzá, han funcionado sin problemas en estas islas que ahora el presidente se esfuerza por integrar en la Comunidad de Madrid.

En la falta de actividad neuronal del cerebro del Ejecutivo hay que buscar igualmente el delirio españolizador que ha llevado a ´Rockefeller´-Camps y a Moreno-Bauzá a saltarse a la muy española torera la suspensión cautelar de la aplicación del dichoso TIL por parte del Tribunal Superior de Balears. A pesar de representar a un gobierno democrático que se supone debe velar por el cumplimiento de la ley, este Ejecutivo, en lugar de acatar la resolución de un tribunal, toma el atajo del decretazo para eludirla. ¡Toma democracia, Moreno! Con tal comportamiento era imposible pensar que habría acuerdo entre el Govern y la comunidad docente de estas islas para evitar lo que nadie quiere, la huelga indefinida que ya está en marcha en los centros escolares de Balears. Por decir algo bueno de este Ejecutivo descerebrado que no ha querido ni hablar de aplazar la aplicación del TIL para mejorar de esa manera su efectividad, ha conseguido algo tan difícil como poner de acuerdo a profesores y padres ante un paro que pone los pelos como escarpias a los progenitores. Si yo nunca vi a ninguno de mis hijos completar el temario de un curso durante su vida escolar (sin parones largos de por medio), con una huelga indefinida no me quiero imaginar las consecuencias. Y eso por mucho que se empeñe la animosa Maria Antònia Marroig, una de las portavoces del Professorat Preocupat, en asegurar que «la huelga no afectará académicamente a los alumnos». No sé yo...

Para contribuir a caldear aún más los ya calentitos ánimos, la consellera Camps, a pesar del anuncio de huelga y mientras arreciaban las protestas, tuvo el cuajo de calificar de «normal» este comienzo de curso y seguir sentada en su poltrona como si nada. En ´El jovencito Frankenstein´, cuando el doctor Fronkostin, escandalizado por la escasa inteligencia de su recién nacida criatura, le pregunta a su fiel Igor de quién era el cerebro que le trajo, este le responde que «de un tal Normal. A Normal». Pues eso.