El viejo dicho ´ha entrado como un elefante en una cacharrería´ se ha convertido en Balears en ´ha entrado como Bauzá en la conselleria de Educación´. Decretazo va, decretazo viene, no ha dejado títere con cabeza y ha sumido a los centros, a los padres y a los estudiantes en la confusión más absoluta. Los niños tienen que aprender inglés y los profesores tienen que enseñar en esa lengua, sin planificación ni periodo de adaptación, así que decreto al canto; el Tribunal Superior de Justicia pone pegas y paraliza la aplicación del decreto, pues Bauzá contraataca veloz con otro, porque a él no hay juez ni comunidad educativa que lo pare. El resultado de la política de Bauzá en la enseñanza es que hoy, el día en que empieza el curso, muchos padres aún no saben en qué lengua estudiarán sus hijos asignaturas como Matemáticas o Conocimiento del Medio. No hay precedentes de esta situación de caos, crispación y desconcierto en un principio de curso. Hay que reconocerle el mérito a Bauzá: ha logrado algo tan complicado como que muchos padres comprendan y hasta apoyen una huelga indefinida de docentes.

Después de la última ocurrencia de Bauzá de eliminar diputados con la excusa de ahorrar (en democracia), la próxima debería ser que les exigiera hablar en inglés en el Parlament de vez en cuando, empezando por él mismo. Por coherencia y para predicar con el ejemplo.