Un emprendedor en Ibiza, da igual la edad que tenga, ha de tener en cuenta algunos factores específicos de la isla. Abrir un negocio conlleva numerosos trámites y gastos y tendrás que pasar caprichosos controles y en suma enormes dificultades. En principio basta con observar dos situaciones posibles: primero, si fracasas, ya puedes cerrar, no insistas; y dos: si triunfas, pega fuerte durante los primeros seis meses, porque en la temporada siguiente habrá otros sesenta que te habrán copiado. Con lo cual tendrás que cerrar enseguida, si eres listo.

Conclusión: en Ibiza más vale desear que tener, porque si tienes te ordeñarán para mantener una serie de vagos y maleantes de cuello blanco (algunos no tan blancos).

¿Esta filosofía es personal mía? Nooooo... es la misma que practican algunos tenderos que abren en junio y cierran en septiembre, no pocos tenderetes o vendedores corsarios que van por el mundo con su hatillo anudado, exponen lo que hay y a la menor llamada de alarma, alzan el vuelo y hacen bien. Es lo mismo que hacen limpiadoras y camareras en servicios varios en yates, bares y donde salte un trabajillo. Usted habrá adivinado que es la filosofía parda que practican los taxistas piratas y los vendedores de... mil cosas de colores. Ponga la profesión que quiera.

Ay de aquel país que deja vendidos a quienes pagan impuestos. Al albur de los atracadores, de la competencia desleal y de leyes tributarias absolutamente requisatorias. ¿Por qué? Porque hunden a quien debieran proteger, que paga los gastos corrientes y protegen a quien se lo monta al margen de la ley, sin controles y sin pagar impuestos. Un país garantista hasta el insulto con los delincuentes, ya sean reincidentes o melillenses. Da lo mismo.

Estos piratas no es que sean mala gente, pero la vida les ha dibujado así. Los policías han acabado por temerles, porque en el menor de los casos detenerles es perder el tiempo. En otros, a menudo salta alguna galleta perdida o, en caso de forcejeos, conocen bien la ley y someten a la autoridad judicial -entonces sí emplean la ley y los instrumentos de la justicia que pagamos entre todos los que pagamos- para denunciar a los agentes. Por ejemplo.

No me extraña que los comerciantes ibicencos estén alarmados ante noticias de grandes centros comerciales que lo dejarían todo arrasado, si es que en Ibiza queda algún comercio abierto dentro de dos años.

Tampoco me sorprende que Vicente Torres, de la Cámara de Comercio, dé el pronóstico oficial en registro realista. De la construcción ni hablemos, está hundida, el turismo aguanta los meses de temporada y el comercio está también extenuado, en las últimas. Y lo peor es que todos sabemos más o menos por qué.