Que nuestro Rey intente cazar un elefante o a un oso domesticado y embriagado (loor a Mitrofán) no puede extrañarnos demasiado, porque cae dentro de lo posible y de lo probable. Pero ¿qué dirían ustedes si les contara que nuestro Rey, impelido por una incontrolable pulsión cinegética borbónica ha agarrado su rifle de precisión y se ha ido a una cacería de rececho en el norte de Mallorca para cazar... una cabra mallorquina? Que yo sepa nuestro Rey no ha picado, pero otros lo habrán hecho. Es más, ¿qué dirían si les dijera que la caza del trofeo vale seis mil euros, el precio más elevado que se cobra en toda España por una especie cinegética? Seis mil euros más complementos, gastos, viajes, hotel, propinas, etc.

No me he vuelto loco, es que en Mallorca venden la caza de un chivo normal y corriente como si fuera una gran pieza de un incalculable valor cinegético. La han denominado boc balear en mallorquín. Una cabra. El marido de una cabra.

Le pregunto a mi veterinaria dónde está el secreto. En el dinero, me contesta. Joder con los cazadores mallorquines, entre los cleptómanos criadores de perros que quieren robarnos el nombre del ca eivissenc o podenco ibicenco y los promotores de la caza de cabras como si fueran un corzo o un jabalí nos encontramos ante auténtico portentos de los negocios a pelo.

Decidles tontos a los mallorquines, que se la saben larga y en este caso, reforzados por el saber liante de un catalán, según leo.

Yo insisto a mi amiga, la cabrita ha de ser de alguna raza montaraz especial, como un rebeco o una hispánica o €. ¡Nada! Me interrumpe, una cabra corriente y moliente. Cuando son asilvestradas que ya crecen sueltas las llamamos en Mallorca sa cabra orada, pero son las mismas que las domésticas, en el bien entendido que en Mallorca hay otras razas caprinas. Pocos lo saben, pero apostaría a que orada significa loca, proviene del latín, no de Cataluña como creen los crédulos progres.

Se ve que a algún catalán homologable se le ocurrió una fórmula para sacar a los ricachones aburridos de la molicie y puso en marcha una web donde queda todo explicado. Como yo sé que muchos no me creerán, aquí les pongo la dirección por si alguien quiere entretenerse en Internet o dedicarse a cazar unas cuantas cabras en las montañas de Alcúdia (norte de Mallorca): http://www.bocbalear.com/

El tema tiene su intríngulis y es posible que una caza selectiva de chivos ayudara a optimizar la raza y al negocio del dueño de la finca, pero no deja de ser una de las astracanadas más ridículas del siglo, aunque hay gente para todos los gustos.

Como cazar una simple cabrita sería abusar de la perspicacia del cazador se vende la caza del boc balear. Dicho así suena a exótico y es como si fuera una especie maravillosa y salvaje, una pieza digna de cobrar, digna de embalsamar y de exhibir al lado de una cabeza de rebeco o de tigre.

Un cazador avezado en el rececho me explica en Mallorca: «Es el trofeo más caro de España, con diferencia: un chivo común». Una simple cabra, el macho cabrío de una raza normal de cabra mallorquina. Yo preferiría no hacerlo, gracias.

Que dispare otro.