Segundo portazo y segundo desaire público en pocos meses a la alcaldesa de Vila, Marienna Sánchez-Jáuregui, por parte de miembros de su equipo de gobierno. El concejal de Turismo, Ignacio Rodrigo, deja el PP para irse al Partido Renovador de Eivissa y Formentera (PREF), con el que está coaligado en el Ayuntamiento, pero no renuncia a su cargo ni a su acta de concejal. Como Daura y Mayans cuando abandonaron súbitamente sus puestos en las empresas públicas del Ayuntamiento, Sánchez-Jáuregui se ha enterado por los periodistas. Aunque el PREF mantiene por ahora su pacto con el PP, el aviso a navegantes es meridianamente claro: con dos concejales, cualquier conflicto puede dejar en minoría a Sánchez Jáuregui, incluso si el siempre dispuesto Toni Villalonga, de Nov-A, se prestara a echarle una mano. El gobierno municipal del PP en Vila es una olla a presión que puede saltar por los aires en cualquier momento porque hay mucho malestar acumulado con la alcaldesa, que ni decide ni deja decidir y ha perdido la confianza de casi todos sus compañeros. Tan significativa o más que el peculiar caso de transfuguismo interno protagonizado por Rodrigo es la dureza de la carta abierta que ha dirigido a Sánchez-Jáuregui, en la que hace inventario de los asuntos pendientes, le reprocha que no actúe ni delegue y le señala como la cuña que obstaculiza la actuación de «un gran equipo». El PP tiene un serio problema en Vila, pero más grave es el que tiene la ciudad con la inoperancia y el espectáculo que están dando los actuales responsables municipales.