Para las mujeres, cualquier cosa vale, todo les gusta y con poco se conforman. Este argumento de hombres del Pleistoceno sirve a dos de las principales administraciones de la isla (Consell y Ayuntamiento de Ibiza) para justificar sus míseras aportaciones al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Las concejalas de Bienestar Social y Deportes de Vila posaron contentas el lunes con el cartel del maratón de baile con el que recordarán el día en que más de cien mujeres fallecieron en una fábrica por reivindicar un horario digno. La consellera insular de Participación Ciudana, Carmen Domínguez, presentó orgullosa un recital poético con el que conmemorarán esa misma fecha y cuya única relación con la mujer trabajadora es, según la organizadora del acto, que pueden ir después del trabajo y que intervienen mujeres. Ni una ceja se le movió a Domínguez. Visto esto, las Dones Progressistes podrían conceder el año que viene el Premi 8 de Març a las discotecas. Por su horario, las mujeres trabajadoras pueden ir no solo después de trabajar, sino después de fregar los cacharros y acostar a los niños. Volvemos al Pleistoceno.