Le parece intolerable al director general de Turismo del Govern, Jaime Martínez, que los ingleses del grupo The Midnight Beast retraten tal como es el turismo de san Antonio en ´Pizza in Ibiza´. Es el mismo turismo que transforma Playa d´en Bossa en ´otro San Antonio´, como acredita el vigilante del Ushuaïa que aplastó el cráneo de un camarero con la violencia que menciona esa canción. El ´tudo vale´ que ejercen el singular encargado de seguridad, el que lo seleccionó para el puesto y los patronos de la noche ibicenca, tiene en Martínez el mejor soporte para eternizarse: negar que existe.

El subterfugio de Martínez identifica a la perfección al político común que niega los problemas para no tener que hacerles frente, que es para lo que se supone que costeamos cargos políticos. Niega indignado la realidad de un desmadre caótico de sexo, drogas y violencia que cada año va a más; sortea el tema con la obviedad («debe mantenerse la oferta de ocio nocturno») y concluye con el manido eslogan de promocionar productos turísticos «como la oferta cultural, ambiental, histórica y gastronómica». Tan histórica y gastada consigna más bien confirma la falta de recursos de quien la propone.

El método de eludir los problemas por sistema parece irresistible a una clase política falta de convicciones políticas y sin visión para dirigir la sociedad, que deja los problemas de base sin enfrentar y abandona a los vecinos a su suerte. El éxito fulminante de una deplorable canción y un vídeo realizado con muy pobres recursos debió hacer reflexionar a nuestro director de Turismo. Su fama la debe a que retrata sin sutilezas y ridiculiza un tipo de turismo aborregado que conquista audaz y progresivamente zonas de la isla en las que se promueve la vulgaridad a costa de la salud física, psíquica y moral del público joven más vulnerable, en beneficio de empresarios desaprensivos para los que esa gente joven son solo eso: borregos con cartera.

En vez de agradecerles el certero diagnóstico y buscar remedios, Martínez opta por matar al mensajero: los psicólogos llaman ´narcisismo de organización´ a esa preocupación por la imagen de la organización y la propia valía que impide ver las cosas como son. Falta en la pésima canción ´Pizza in Ibiza´ la mención a directores que son esenciales para encubrir la plaga que avanza, idea que cedo a los Midnight Beast para su próximo vídeo barato: la autoridad que protege el desmadre negándolo indignada.

Hay en el Govern quien niega la realidad, incumple su cometido y facilita este vídeo sórdidamente real. Martínez logró su cargo, se mira narcisista al espejo del poder y no admite problemas, y menos que unos jovenzuelos ingleses, más bien horteras y pobres en recursos, le vengan a fastidiar un brillante futuro político.