En el año 2003 se creó en Ibiza la Ciotupha, que es la Comisión Insular para la Ordenación del Territorio, Urbanismo y Patrimonio Histórico y Artístico. Esta comisión está formada por unas once o doce personas de diferentes ámbitos políticos y técnicos tanto de urbanismo como de patrimonio. Como su nombre indica la función y objetivo de dicha comisión es ordenar, poner orden, tanto en el territorio y el urbanismo como en el patrimonio histórico-artístico, del que forma parte el arqueológico.

¿Pero orden para quién y para qué? La respuesta es rotunda: el orden es para nosotros los ciudadanos, los que pagamos la fiesta. Y todo este orden es para que se respeten nuestro territorio, nuestras ciudades y nuestro patrimonio, tanto el histórico como el artístico.

Así pues, cumpliendo con su obligación y haciendo gala a su nombre, el 14 de marzo la Ciotupha puso orden en la obra de la futura escuela de Sa Bodega mediante un ambiguo comunicado que ordenaba «la paralización de dichas obras hasta que se le presentara un nuevo proyecto que contemplara la conservación y la museización de los hallazgos arqueológicos», sin especificar qué y cómo se debía hacer. Esta ambigüedad en cómo y qué se debía museizar aumentó el de-sencuentro técnico-político entre el entonces director insular de Patrimonio, el señor José María López Garí (Eivissa pel Canvi) –que no es arqueólogo–, los tres arqueólogos oficiales de la obra y la entonces alcaldesa de Eivissa, la señora Lurdes Costa (PSOE), provocando todavía más pérdida de tiempo para elaborar el nuevo proyecto.

El 2 de abril, tres semanas después y sin prisa, la Ciotupha especificó qué y cómo se debía museizar. El 13 de abril, once días después de esa especificación, y con carácter de urgencia, el Ayuntamiento de Eivissa y la concejalía de Educación ya tenían el nuevo proyecto con las variaciones solicitadas por la Ciotupha y se lo presentaron para su aprobación, con el fin de reanudar la obra inmediatamente. Estas variaciones son dos, para que ustedes comprendan lo flagrante del caso: la instalación de una urna de cristal en el porche-entrada del colegio para poder ver el hipocausto romano y la apertura de puerta y ventanas en el sótano bajo el módulo del gimnasio, sótano que ya existía en el proyecto inicial dado el desnivel entre las calles País Valencià y Murcia, lo cual facilitó enormemente adaptar el nuevo proyecto a la museización requerida.

A pesar de la grave situación económica ocasionada por la paralización de la obra a los comercios ubicados en su entorno y a los vecinos por la situación de insalubridad y abandono cread, ha sido esta semana, después de transcurridos cuatro meses, cuando la Ciotupha (la que debe poner orden en nuestro patrimonio y velar por nosotros, nuestros intereses y nuestros derechos) lo ha examinado y aprobado para enviárselo al Ibisec (Instituto Balear de Infraestructuras de Servicios Educativos y Culturales) para que lo supervise.

Quiero hacer hincapié en lo grave de esta inexplicable demora, dada la simplicidad de los cambios introducidos en el proyecto, y por tanto la poca atención técnica que requiere para comprobar que está correcta. Aunque la Ciotupha quiera aumentar la importancia de los cambios diciéndonos que se ha tenido que mover alguna cimentación (donde va la urna) y otros argumentos que desprecian nuestra inteligencia.

Espero que el motivo de esta demora no sea que la Ciotupha hubiera perdido los papeles del nuevo proyecto y no los encontrara. Pero si no los perdió físicamente, estaríamos en una situación mucho peor: es que ha perdido los papeles de su función, de su obligación. También espero que el Ibisec los haya encontrado y no los pierda también, y que alguien le haya explicado en Palma al señor Pere Mas, del Ibisec, dependiente del Govern balear, de qué va el tema y el terrible perjuicio que esta sarta de despropósitos está causando a algunos ciudadanos de Eivissa, para que tramite con carácter de urgencia el expediente y pueda ser aprobado el incremento del presupuesto originado por las prospecciones arqueológicas y las variaciones del proyecto.

Escribía hace unos días sobre la vergüenza que deben tener algunos políticos del Ayuntamiento y del Consell ante casos como este. Aplíquense la misma receta todos los antiguos y nuevos integrantes de la Ciotupha que contribuyeron o están contribuyendo a esta farsa de hacer ver que procuran por nuestro patrimonio cuando lo que están haciendo es hacernos perder tiempo y dinero, mientras que a ellos no les cuesta ni un euro no hacer bien su trabajo y no cumplir con su obligación de tomar decisiones con premura si el bien de la comunidad lo requiere.

Antes de las elecciones este proyecto debería haber sido aprobado por responsabilidad y con urgencia por el anterior equipo de la Ciotupha y, de no ser así, el nuevo equipo lo debería haber hecho con la misma urgencia y por los mismos motivos, vigentes antes, durante y después de unas elecciones. Pero ya lo dije también cuando hablaba de la vergüenza: es que no estamos en Europa