De Cartago los romanos no dejaron piedra sobre piedra, y los pocos que escaparon a la matanza trajeron a Ebusus objetos que admiraríamos en los museos ibicencos si es que algún día abren sus puertas. Dice Chesterton que los arqueólogos en Cartago solo encontraron huesos de niños ofrecidos al dios Baal, el que asocian al Bes ibicenco, y que Europa tuvo suerte de que fuera Roma, con todas sus miserias, la que venció en las guerras púnicas y puso la base a nuestra civilización.

Durante un asedio a su ciudad, los cartagineses sacrificaron a Baal 300 niños en una sola sesión para implorarle seguridad. El número se acerca bastante a los 318 abortos de la isla de Bes en 2008, que buscaron la seguridad de liberarse de depender de niños. Claro que hay quien duda que un aborto tenga nada que ver con un niño. Pero asegura el jefe de Ginecología de Can Misses que el aborto no es un anticonceptivo y que en Ibiza así lo entendemos. Puesto que es posterior a la concepción, lo abortado en cualquier etapa del embarazo tiene ya todos los genes de un niño y sorprende que quienes reducen el hombre a eso, a genes, no consideren humano al concebido mientras permanece en el vientre de su madre. El ginecólogo insiste en la «decisión dura y difícil, los costes personales para la mujer, la situación traumática, la repercusión psicológica, de un proceso traumático que deja huella en el devenir personal de la mujer», en contraste frontal con estudios dirigidos a negar que el aborto traumatiza a la mujer, y que niegan de paso la experiencia común. Esa política de negarlo hace que muchas mujeres enfrenten en soledad un dolor de pérdida del que la sociedad, su pareja o la sanidad se desentienden, interfieren la expresión liberadora del dolor y condenan a la mujer a una represión psíquica que se exteriorizará en depresión, pesadillas y trastornos.

La mujer que aborta suele sufrir la contradicción entre la conciencia de lo que lleva dentro y presiones propias y ajenas para suprimirlo, lo que debe influir en la actitud que describe el ginecólogo: «Muchas pacientes están más cómodas yéndose de Ibiza porque este es un sitio pequeño y el hospital muchas veces no es el lugar más íntimo; entras por la puerta y te conoce todo el mundo». También conoce todo el mundo a una paciente que se opera de la vesícula, sin que muestre ese recato que trasluce su percepción de la diferencia entre un aborto y otros procesos médicos. La etimología de aborto es privar de nacer al concebido, quitar la vida a un ser vivo al que hay quien niega la humanidad para justificar su eliminación. Lo arreglan a base de eufemismos. ¿Quieres deshacerte de un niño en el útero? Llámalo ´dilatación y extracción´ y el infanticidio se convierte en un proceso médico.