Luego me iré a la Andalucía de finales del XIX, donde los bandoleros de la Bandolera que interpreta Marta Hazas viven los últimos estertores de aquellas cuadrillas asalta caminos. Pero el titular responde a otro significado de bandolera, el que dice que se trata de una correa que cruza el pecho y la espalda desde el hombro hasta la cadera contraria para colgar un arma o cualquier otro objeto. Es lo que al fin ha hecho o ha podido hacer Concha García Campoy. Qué gana tenía de poder escribir esto. Concha se ha colgado la bandolera al hombro para llevar como pocos el arma del periodismo, el de verdad, ese al que ella, una maestra, imprime un carácter que muy pocos profesionales consiguen, el de la credibilidad sin afectaciones. Ahora, en su nuevo destino en Telecinco, quién lo diría, desde muy temprano, y hasta las nueve de la mañana, da información. A secas.

En el tramo final conversa con personas que tienen que ver con la actualidad, sobre todo políticos, y ahí es cuando se nota que la persona, y Concha es una señora de primera calidad en lo humano, es una aliada perfecta de la excelente profesional. Es incisiva sin ser agresiva y sagaz sin perder la sonrisa. Resumiendo, que dejó el lastre de aquellas viscosas mañanas de Cuatro, un magacín que la obligó a trillar en sendas embarradas que tanta perplejidad nos producía a quienes apenas la reconocíamos en esos charcos. La otra bandolera, la de Antena 3, lleva la firma de Diagonal TV, una productora que se está especializando en productos de historia más o menos reciente —´La señora´, ´Amar en tiempos revueltos´, o la inminente ´La República´, también para La 1—. ´Bandolera´ está a la altura. Es una serie entretenida. Está bien hecha. Puede funcionar. Si la dejan.