Aunque todo el mundo me lo había desaconsejado, fui al médico porque me dolía una rodilla.

–La rodilla es muy caprichosa –me decía mi hermano–, lo mismo que te duele, te deja de doler.

–Te van a decir que tienes artritis –me dijo mi profesor de yoga– y te van a inflar a antiinflamatorios, valga la paradoja. Mejor te tomas una aspirina antes de irte a la cama.

Se lo comenté también a mi quiosquero, que tiene una pierna de madera, pero yo no lo sabía. Me la enseñó, para que observara la complejidad de la rodilla mecánica. Dijo que tenía que engrasarla y ajustar sus engranajes de vez en cuando.

–Las rodillas –concluyó– no están bien acabadas, a todo el mundo le pasa algo con ellas.

Llamé, pedí hora, y un día, a las nueve de la mañana, me encontraba en la sala de espera de un traumatólogo al que no conocía de nada. ¿Será antipático, simpático, joven, mayor?, me preguntaba. Resultó que era cojo, y por un problema de las rodillas. Inspeccionó la mía y dijo entre dientes algo de la rótula.

–¿Puedo hacer cinta? –pregunté.

–La cinta, prohibida.

No le dije que la cinta era lo que había dado sentido a mi vida. La descubrí este invierno, de casualidad. Llovió tanto e hizo tanto frío que sustituí mis paseos urbanos por la cinta. Y me volvió loco. Caminaba en ella durante una hora sin ir a ningún sitio y cuando la abandonaba, sudando a mares, me sentía pletórico, feliz, vitaminado. Todo el día giraba en torno a la hora de la cinta. Mientras escribía la receta (antiinflamatorios, como me temía), el médico dijo que lo más probable era que me hubiera hecho la lesión en la cinta. Quiere decirse que lo que había llenado de sentido mi existencia, me había fastidiado el cuerpo. En el futuro, tendría que elegir entre el sentido y el cuerpo. Los místicos, en efecto, no hacían cinta, ni siquiera caminaban por el campo. Pero su vida poseía una plenitud espiritual de la que carecía la mía. Descartada la cinta, ¿qué hacer? Llegué a casa, tomé un libro de San Juan de la Cruz y leí hasta agotarme. En cuanto a los antiinflamatorios, ni los compré.