La edición on line del Diario por Internet tiene unes estrellitas para que el lector califique el nivel de agrado o rechazo. Cuando me dejo llevar por mi voluntarismo optimista y desarrollo algunas claves para que nuestra conducta nos pueda sacar del atolladero, me votan mi artículo en masa. Las estrellas echan humo. Pero yo no vivo de humo ni de estrellitas. Nadie.

Este cronista no piensa hacer esto por sistema.

En realidad, para eso ya está ZP o algunos políticos de rango estatal o local que cobran cada mes una suma astronómica y la cobran puntualmente, sin retenciones ni retrasos. Sumados a los 3.100.00 funcionarios, hemos creado una casta en gran parte parasitaria y encima tenemos que sobre-primarles para cosas que no hacen.

Pero es mucho mejor que no hagan nada, porque cuando actúan el diablo hace planes.

Yo llevo cinco años pensando que los bombazos de Atocha no estaban destinados sólo a terminar con Aznar, sino con el régimen de libertades, con la calidad de vida de los españoles, por supuesto con la Constitución y probablemente con más cosas que consideramos el tegumento y la continuidad de nuestro entendimiento entre españoles, con perdón.

Una vez vaciadas las arcas del Estado sin haber conseguido ninguna contrapartida (paz autonómica, solidaridad interterritorial, refuerzo de las clases medias, ayuda a los descolgados) ahora vienen las medidas desesperadas orquestadas desde la oscuridad.

Así parece que la ruina de España no se labró en el último consejo de ministros, sino desde el primero, donde tomó posesión Rodríguez Zapatero y toda su patrulla de indocumentados. Ahora sólo vienen los movimientos alocados, peligrosísimos, como ya vengo avisando desde el primer día, evidentemente con escaso éxito.

Una de estas oscuras medidas tendrá consecuencias difíciles de prever para la economía pitiusa y española en general: la subida del IVA.

Una vez más, nuestras islas y nuestro país se colocan por una medida política disparatada en una situación de desventaja en el mercado turístico mundial.

Me parece muy oportuna pero excesivamente moderada la intervención de Juanjo Riera, presidente de la Patronal Hotelera. Aunque pueda sonar a demagogia, todos sabemos que Ibiza no puede recibir más golpes.

Todo al revés: la subida del IVA y la fecha de aplicación, en pleno julio. ¿Qué será de los hoteleros, de las tiendas que en pleno julio han de cambiar todos los precios? ¿Y la oferta complementaria? ¿Qué será de los autónomos de Ibiza que sólo pueden vivir del mes de julio y agosto?

¿Estos diez mil negocios cómo van a poder contratar a este empleado extra en los meses punta? Intentaré hablar del tema porque vale la pena.