Da lo mismo que este verano haya venido un 10% menos de turistas, por decir un porcentaje: la sensación de bochorno, de masificación y de estar funcionando al límite se repite como cada año.

Esto no tiene porque ser así o no debería ser así, pero lo cierto es que las tuberías van repletas, las gasolineras casi no dan abasto, las playas están atiborradas y las depuradoras rebosan.

Las contradicciones de la isla se manifiestan con toda su crudeza en julio y en agosto.

A pesar de lo cual es casi seguro que en noviembre, cuando hagamos balance, nos encontremos con cifras de negocio ruinosas. Hay muchos visitantes, turistas, mirones o buscadores de lo ajeno, pero entre el ´todo incluido´ y los alquileres fantasmas de chalés y apartamentos, es como si el consumo privado del turista se hubiera esfumado en al aire.

Al final veremos con espanto c´pmo al derrumbamiento del consumo doméstico ha seguido una caída en picado del consumo en la oferta complementaria. Muchos bares y restaurantes se verán en la obligación de cerrar puertas.

Conocemos esta situación de la etapa de 1992-1996, pero la crisis de hoy es mucho más profunda y dicen los entendidos que será mucho más duradera. La famosa ele: bajada en picado (y en éstas estamos) y después una permanencia en horizontal en el fondo de la crisis durante un tiempo indeterminado. ¿Cuánto tiempo? Nadie se atreve. Yo sí, haciéndome eco de un estudio: hasta el 2015 Europa no va a generar turistas, pero si no me equivoco en aquella fecha España entera seguirá hundida en el abismo.

Una simple ojeada a las páginas del Diario nos retrotrae a las peripecias veraniegas de años anteriores: algún barco que se hunde, un helicóptero que se pone el reglamento por montera, y una catarata de drogas sobre la isla. Montañas de droga.

La policía sólo aprehende un porcentaje mínimo de manera que el abastecimiento del mercado de la muerte está garantizado.

Un año está de moda el éxtasis, otro la cocaína o el crack. Hogaño toca el ´popper´, que es un líquido demoníaco y nada inocuo que dilata la circulación periférica y mueve a la risa y al contacto humano. Lo cierto es que todas las drogas son muy nocivas, pero decir eso quizás sea hacerles publicidad: mucha gente busca los peligros extremos hasta límites suicidas. Incluso sabiendo lo que se consume, adquirido en farmacia, estas sustancias son muy delicadas. No digamos la ketamina, que se emplea como anestésico de caballos.

Da igual, el verano corre en vez de discurrir, a ritmo sincopado de rock dulce y de melaza gay. La crisis va por debajo y no es igual para todos. Pero al día siguiente siempre suele ser lunes y nos encontraremos con una noticia pavorosa para los miles de locales de oferta complementaria de Ibiza: los operadores turísticos quieren casi toda nuestra oferta en ´todo incluido´. Los hoteleros piden mayores del Imserso como una bendición. Hace unos años nadie los quería. Vamos a abrir bien los ojos: estamos asistiendo al final de una época. No hay que perderse ni un detalle.