Dice el doctor Muela que el Sindicato Médico aspira a convertirse en el «sindicato único» de los médicos, le atribuye la intención de tomar rehenes como el de los pilotos, y la de no ser solidario con el resto de trabajadores sanitarios: el acusado verá la oportunidad de responder. Nadie duda de la solidaridad del doctor Muela, pero que atribuya en exclusiva a su «grupo de médicos», «actitud solidaria hacia el resto de los trabajadores de la sanidad», es injusto con el resto de profesionales que cada día muestran su actitud solidaria aunque no afiliados a su sindicato, y es propio de la mentalidad paternalista de los sindicatos de clase.

No da cifras el doctor Muela de la afiliación de los médicos a los diversos sindicatos, lo que para el lector puede ser instructivo. El 65% de participación en las elecciones sindicales no ha servido para defender los intereses de los médicos sino todo lo contrario, a lo que no han sido ajenos los sindicatos que defiende el doctor Muela: esa situación ha creado el sindicato que los médicos han visto imprescindible para defender sus intereses. Los intereses de los médicos son legítimos, y no son contrarios a los de otros trabajadores de la sanidad: es el ignorar sus intereses lo que ha conducido a una huelga y a un déficit de médicos en la isla que sí es perjudicial para todos.

El juego de poder de los sindicatos instalados ha tenido su parte en la huelga, y puede que les venga bien una autocrítica de la situación creada si les queda tal capacidad. Sindicatos que se permiten hacer negocios inmobiliarios millonarios, arruinarse y pedir al Gobierno que se haga cargo de las deudas, piden más que dan solidaridad: a cargo del erario público, que somos todos. Tenemos, el doctor Muela y yo, puntos de vista antagónicos, sin que por ello haya que personalizar: no pretendo «ridiculizar» a los sindicatos, sino exponer mi visión de la realidad sin cortapisas. Mantengo que los sindicatos «de clase» en España se han burocratizado, tienen una influencia muy superior a la que les daría la representatividad de su afiliación, se han acostumbrado a vivir de las subvenciones del Estado dentro de una ley que les es cómoda, tienen tendencias ideológicas demasiado evidentes, viven a menudo de eslogans alejados de la realidad, y no cuentan con la afiliación que da la fuerza, como les ha demostrado el sindicato médico y otros últimamente.