El caso de Andreas Lubitz y el accidente de avión en Francia trae a la memoria otros episodios similares de aviones estrellados de forma supuestamente deliberada. Quizás el más recordado fue el que se produjo en 1999, cuando un avión de Egypt Air que unía Nueva York con El Cairo cayó en el medio del Atlántico, pereciendo sus 217 pasajeros.

La investigación fue rotunda: el copiloto Gamil el Battouti, de origen egipcio, provocó el siniestro de forma intencionada. A bordo del vuelo se encontraba un ejecutivo de la aerolínea que le había reprendido por una conducta sexual inapropiada. El piloto que se encontraba a su lado le espetó que ése sería su último vuelo, a lo que su Gamil el Battouti le respondió: "Este también va a ser su último vuelo". Instantes después, aprovechando que el piloto principal estaba en el baño, Gamil el Battouti se sentó en su lugar, repitiendo once veces la frase: "Tomo mi decisión ahora. Pongo mi fe en manos de Dios. Confío en Dios". Después estrelló el avión contra la superficie. El Battouti estaba casado y tenía cinco hijos.

Recreación del siniestro de Egypt Air:

En 1997 tuvo lugar uno de los casos históricos más controvertidos. El vuelo 185 de Silk Air que unía Yakarta y Singapur cayó al río Musi, causando la muerte de 104 personas. Las autoridades indonesias no encontraron una causa, pero Estados Unidos determinó que el piloto desconectó la grabadora de sonido del avión para que no quedara constancia de su intención de estrellar el aparato.

Recreación del accidente de Silk Air:

En 1994, otro accidente de corte similar tuvo lugar en Marruecos, aunque en este caso las circunstancias estaban mucho menos claras. Un avión de la Royar Air Maroc impactó contra las montañas del Atlas a los diez minutos de despegar, el 21 de agosto de ese año. Las 44 personas que estaban a bordo murieron. La investigación oficial señaló que el piloto había desconectado el piloto automático y puso la nave en caída en picado. Sin embargo, el sindicato marroquí de pilotos nunca dio por buena esa versión.

El 11 de octubre de 1999, el piloto de un avión de Air Botswana que volaba desde Maputo a Lunda y que había estado de baja por razones médicas, transmitió en varias ocasiones por radio que iba a estrellar el avión. La aeronave cayó en la pista de Gaborone Airport, en Botswana. La investigación determinó que el accidente fue intencionado. El piloto aprovechó que su compañero acababa de ir al baño y no le dejó entrar en la cabina a su regreso.

El 9 de febrero de 1982, un piloto de un avión de Japan AirLines desactivó el piloto automático cuando el avión descendía. El copiloto trató de hacerse con el control del aparato, pero un total de 24 personas perecieron en el impacto del avión. El piloto había estado de baja previamente por un "desorden psicosomático".