Los 70 inmigrantes que han estado encaramados en lo alto de la valla de Melilla durante 13 horas a seis metros de altura han aceptado la petición de la Guardia Civil de bajar para ser entregados a las fuerzas de seguridad de Marruecos, ya que se considera que no han pasado a territorio español al no superar las vallas.

Según ha informado a Europa Press una portavoz de la Delegación del Gobierno, el último de los 70 inmigrantes que han estado desde las 7.30 horas en lo alto de la valla descendió de la misma a las 20.25 horas. Antes, en un goteo, fueron abandonando paulatinamente su postura los subsaharianos debido al cansancio al estar sentado sobre una barra de hierro tanto tiempo y soportando una temperatura que rondaba los 30 grados al sol.

Este grupo forma parte de una avalancha de 200 subsaharianos que se ha producido sobre las 7.30 horas de este miércoles, por la zona próxima al Cementerio Musulmán de la ciudad, y de los que una veintena ha logrado entrar en Melilla.

La avalancha ha vuelto a producirse siguiendo los parámetros de los últimos saltos, en los que se revela una estrategia previamente coordinada y perfectamente organizada. De hecho, el lugar elegido para el salto de este miércoles coincide precisamente con el tramo de la frontera donde Marruecos no ha desplegado medidas antiintrusión, como fosos y alambradas, en atención a la ubicación del cementerio marroquí colindante de Sidi Guariach.

Del total de inmigrantes que han intentado el salto -algo más de 200, de los que parte han sido interceptados por las fuerzas marroquíes- en torno al centenar han logrado encaramarse en las verjas de la valla. El salto se ha vuelto a caracterizar por "una intrusión violenta", ha subrayado la Delegación, de los inmigrantes, que "nuevamente se han provisto de garfios y cuerdas para sortear la malla anti-trepa y avanzar entre vallas, al tiempo que se enfrentaban abiertamente a los agentes de la Guardia Civil".

A causa de caídas y de la propia estrategia de avalancha con la que los inmigrantes realizan el salto, nueve de ellos han sido atendidos por los servicios de Cruz Roja y 061, pero sólo dos han necesitado ser trasladados al hospital, donde se les ha diagnosticado un traumatismo dorsal y un traumatismo en la rodilla.

La Guardia Civil, una vez más, ha desplegado todo el dispositivo antiintrusión habitual, conformado por unidades de su Comandancia en Melilla, miembros de la ARS y el helicóptero destinado a la vigilancia fronteriza. Además, ha requerido el apoyo del Cuerpo Nacional de Policía para controlar a algo más de un centenar de inmigrantes subsaharianos acogidos en el CETI, que "en actitud eufórica e incluso de enfrentamiento con la Guardia Civil han iniciado, en los alrededores del centro, una algarada en apoyo a los encaramados en la valla".

El salto de este miércoles ha tenido también graves consecuencias para el comercio entre Melilla y Marruecos. La frontera de Farhana se ha tenido que cerrar y no ha podido reabrirse hasta las 9,25 horas, y el acceso de marroquíes a través del paso de Barrio Chino también se ha visto afectado a causa de las medidas de seguridad desplegadas por fuerzas del país africano.

El de este miércoles es el segundo salto masivo que se produce en menos de 48 horas y forma parte de la decena de intentos de traspaso en avalancha a la valla fronteriza de Melilla en lo que va de mes. En el presente año ya se han registrado 59 saltos, en los que han conseguido entrar a la ciudad casi 2.000 inmigrantes de origen subsahariano.