6 maneras de empezar bien el día desde lugares increíbles

Contemplando el mar, abrazando la naturaleza, saboreando la historia desde un castillo o divisando toda la ciudad... No hay nada como levantarse sin prisas en un entorno idílico, con un completo y variado desayuno esperándote en la mesa para comenzar el día de una forma deliciosa.

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Cualquier estación del año es propicia para hacer las maletas y embarcarse en esa escapada tan anhelada. Sin embargo, el otoño tiene un encanto especial. Es la época en la que la naturaleza despliega un espectáculo impresionante de colores, tiñendo los paisajes de tonos marrones, naranjas y rojizos. Una invitación a descalzarse y pasear por las orillas del mar, descubrir fascinantes episodios históricos que quizás desconocías y maravillarte con monumentos, museos y edificios que guardan un legado histórico significativo.

Pero, ¿qué podría hacer que esta experiencia sea aún más inigualable? Te invitamos a explorar los encantos de despertar en uno de los Paradores que te recomendaremos; una elección clave para sumergirte por completo en la auténtica esencia de una escapada con encanto. Y es que en enclaves así la jornada comienza de una manera muy especial: imagina despertarte con el aroma de infusiones o humeantes cafés, saborear zumos recién exprimidos que despiertan tus sentidos y acompañarlo con una variedad de tostadas con tomate, hummus o aguacate. También deleitarte con yogures frescos, dulcería artesana tradicional, quesos, embutidos y chacinas regionales, un auténtico festín para el paladar. Además, tendrás la oportunidad de probar platos calientes preparados al momento con el mejor aceite de oliva virgen extra y productos locales que reflejan la esencia de la región que visitas. Un completo buffet de deliciosas propuestas para satisfacer todos los gustos. Esto es lo que encontrarás en Paradores, y lo mejor de todo, con la posibilidad de disfrutar de este matinal homenaje tanto si te alojas en el Parador como si lo visitas expresamente para disfrutar de este espectacular desayuno. ¿Puede haber un plan mejor?

Si aún no estás convencido, acompáñanos mientras te presentamos seis convincentes razones para elegir esta opción y vivir un comienzo de día verdaderamente inolvidable.

Despertar junto al mar

Una manera idílica de comenzar el día es escuchando el mar y respirando su brisa mientras disfrutas de tu venerado e indispensable café en la tranquilidad de tu habitación. Y en esta etapa del año, hay Paradores, como el de Mojácar, en el que prácticamente caes en la arena de la playa. Y, como dice su directora, Tana Blázquez, “es como viajar en un barco porque desde la terraza de desayunos sólo se ve el mar”. Un alojamiento perfecto para seguir disfrutando del sol durante todo el año y también de sus espectaculares amaneceres mediterráneos. Alboradas que hacen el desayuno mucho más especial, si cabe. Que ya es difícil, atendiendo a la variedad de embutidos y quesos artesanales de la zona, como los de cabra de Purias o las chacinas elaboradas puramente de forma artesanal en Oría, a 1.000 metros de altitud. Y en cuestión de dulces, no podemos pasar por alto los pestiños y roscos fritos. Se te hará la boca agua. Y te conferirá la vitalidad necesaria para disfrutar de todo lo que tiene que ofrecerte Mojácar, uno de los llamados Pueblos Más Bonitos de España.

Mojácar se caracteriza por sus casas blancas, con laberínticas calles decoradas con flores, con todo el encanto de la arquitectura árabe culminando Sierra de Cabrera y a tan solo 20 minutos de Cabo de Gata. Es el punto perfecto para alojarse y recorrer todos los rincones sorprendentes de la zona, como la geoda de Pulpí, una impresionante cavidad rocosa tapizada de cristales o visitar pueblos cercanos como Garrucha, Bédar o los que se encuentran en comarca Los Vélez. Y al terminar los planes en los alrededores, vuelta a unas magníficas instalaciones donde podrán relajarse en el solárium y en la sauna del Parador o jugar una horita al pádel para no perder la costumbre ni en vacaciones.

Parador de Mojacar
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Levantarse rodeado de historia

Si te dijéramos que puedes abrir el ojo con los primeros rayos del día en lo alto de un cerro que domina todo el valle murciano del Gudalentín en un lugar que ha visto a tres civilizaciones (judía, islámica y cristiana), ¿te gustaría vivirlo? ¡Pues es posible! El Parador de Lorca está situado en un moderno edificio en el recinto del castillo de Lorca, sobre los restos de una sinagoga del siglo XV, una antigua alcazaba, un aljibe islámico y parte de una muralla almohade. Amanecer en este enclave único y hacerlo con un desayuno con la mejor comida de la zona es una experiencia única. Difícil resistirse a los elaborados con carne de cerdo a la manera y estilo de las tradicionales matanzas: chacinas curadas como la salchicha Imperial y la longaniza roja o cocidas como la butifarra y el blanco. Y después de lo salado, el broche final viene con las variedades de dulces locales con tradición y que mantienen la receta original: pasteles de cabello de ángel, suspiros, mantecados y cordiales de almendra y rollos de vino.

El Parador de Lorca te permite empezar el día con un desayuno con productos de proximidad, a pesar de encontrarse en un edificio de diseño contemporáneo, rodeado de historia. Este lugar evoca leyendas morunas de amor eterno, ofrece unas increíbles vistas de la comarca y de la Torre Alfonsina del Castillo, símbolo del poder de Alfonso X el Sabio, tras la conquista de la, entonces, ciudad musulmana. Y aunque las instalaciones ofrecen la posibilidad de relajarse en su piscina interior, en el spa y el centro wellness, Lorca y sus alrededores tiene mucho que ofrecer, así que no pierdas la oportunidad de recorrer su casco urbano descubriendo grandes joyas históricas como la Casa Consistorial, la iglesia Colegial San Patricio o el antiguo Convento de la Merced.

Parador de Lorca
6 maneras de empezar bien el día desde lugares increíbles

Desayunar entre montañas

No hay nada más apetecible que desayunar con vistas a los Picos de Europa. Porque ese es el lienzo que cuelga de las ventanas del Parador de Fuente Dé. Un moderno y acogedor refugio, emplazado junto al teleférico, en el que casi sientes tocar las montañas. El sitio perfecto para comenzar el día degustando quesucos lebaniegos, tiernos sobaos pasiegos e irresistibles corbatas de Unquera, en el completo desayuno buffet que ofrece el Parador, y que también incluye platos calientes como el típico borono y picadillo. Delicioso, completo y contundente para que las fuerzas no te falten y puedas disfrutar de todas y cada una de las opciones que ofrece la zona a los amantes del turismo rural, de naturaleza y deporte.

Y es que estando en este emplazamiento necesitarás un delicioso, completo y contundente desayuno para coger fuerzas y prepararte para hacer trekking hasta el Naranjo de Bulnes o la ruta del mirador de Álica u otras de las actividades que permite este emplazamiento, como rápel, barranquismo o rafting. Pero si no te has levantado con ganas de practicar turismo activo, no te preocupes, porque hay pueblos con mucho encanto como Potes o Mogroviejo.

Parador de Fuente Dé
Parador de Fuente Dé

Contemplar una ciudad a tus pies

En el margen izquierdo del río Tormes, frente al casco histórico de Salamanca, se encuentra el Parador de Salamanca con las ventanas orientadas a los edificios más emblemáticos de la ciudad. Y este paisaje se merece dar los buenos días a esta ciudad con un desayuno que esté a la altura. No importa si prefieres empezar el día desde tu habitación o desde el comedor, podrás degustar productos locales como rosquillas de Ledesma, perrunillas, mantecados, jamón ibérico de Guijuelo, salchichón y chorizo de Vitigudino. El dulce no puede faltar, por eso, para terminar, tienes que probar alguna de sus tartas de elaboración propia como la de manzana o queso.

Con el estómago lleno, podrás comenzar el día y dejarte sorprender por una ciudad milenaria de ambiente universitario que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. En su visita descubrirás la Plaza Mayor, una de las más bonitas de nuestro país que data del barroco, la Casa de las Conchas, con 300 en su fachada, dos catedrales, el Huerto de Calixto y Melibea, el puente Mayor del Tormes, el convento de san Esteban o la universidad, la más antigua del mundo hispano.

Parador de Salamanca
Parador de Salamanca

Amanecer escuchando el Atlántico de fondo

Despertarse con la panorámica del Atlántico al frente es algo difícil de describir, hay que vivirlo en primera persona. Y lo puedes hacer en el Parador de Baiona situado en una fortaleza histórica al sur de las Rías Baixas, en la península de Monterreal. Aquí puedes disfrutar de la inmensidad del océano mientras saboreas la historia de este escenario por el que han pasado diferentes civilizaciones y multitud de piratas durante varios siglos. Mientras te sumerges en la historia del lugar con unas vistas únicas, puedes degustar un desayuno buffet con una gran variedad de propuestas dulces y saladas, desde tradicionales quesos gallegos o lacón hasta bica gallega (un bizcocho de la zona cuya receta se ha ido transmitiendo a lo largo de generaciones) o el boleardo, un pan dulce horneado.

Pero además de gozar de las grandes exquisiteces de la gastronomía gallega, el Parador de Baiona, gracias a su ubicación, te permite transportarte a diferentes momentos de la historia. El Puerto de Baiona fue el primero en recibir la noticia de la llegada de Colón a tierra americana. A día de hoy, se puede visitar la réplica de La Pinta. Pero, además, puedes pasear por sus preciosas playas como La Ribeira, La Concheira, La Barbeira o la de Rodas. O para completar la escapada, puedes acercarte a Vigo, Tui o Pontevedra o, incluso, organizar una escapada al país vecino, Portugal.

Parador de Baiona
Parador de Baiona

Desayunar como un rey

Si alguna vez has soñado sentirte como un auténtico rey, en el Parador de Jarandilla de la Vera en Cáceres es posible. Aquí podrás despertarte como lo hacía Carlos V durante los meses que se refugió aquí hasta que se instaló en el Monasterio de Yuste. A cada paso que des por este palacio-castillo, estarás haciendo un viaje directo al medievo. Cada rincón del Parador es claramente evocador, desde las habitaciones con vistas a los bosques de castaños del Valle del Jerte, al maravilloso patio de armas en el que conviven palmeras y escudos heráldicos. Pero antes de comenzar la jornada, hay que coger energía con un delicioso desayuno con productos de la zona como chachinas locales (altamente recomendable la morcilla), platos calientes (migas extremeñas con huevo frito, elaborado al momento) o dulces elaborados en el obrador del pueblo como las perrunillas caseras.

Una vez que consigamos la energía suficiente, podemos recorrer las calles de Jarandilla y descubrir este pueblo que conserva los vestigios de lo que fue: el puente Medieval del Parral, la iglesia de Santa María de la Torre, del siglo XII, o la Casa de Don Luis de Quijada, el que fuera mayordomo del emperador Carlos V, consejero de Estado y Guerra y presidente del Consejo de Indias. La sombra de Carlos V se extiende por diferentes visitas de la zona, de hecho, se puede realizar la Ruta de Carlos V, que arranca en el propio Parador y llega al Monasterio de Yuste, ubicada en Cuacos de Yuste. Esta localidad ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico y es parada obligatoria. Junto a este pueblo, también han sido declaradas las poblaciones Pasarón de la Vera, Garganta de la Olla, Valverde de la Vera y Villanueva de la Vera.

Y una vez exprimida la historia, podemos pasar a la naturaleza. Jaradilla de la Vera está rodeado de gargantas naturales, como la de Jaranda y la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, y está a menos de 50 kilómetros del Valle del Jerte, el Parque Regional de la Sierra de Gredos y el Parque Nacional de Monfragüe.

Parador de Jarandilla
Parador de Jarandilla
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