Dos hombres franceses de 25 y 26 años que se encuentran de vacaciones en Ibiza agredieron el pasado martes de manera salvaje a los empleados de una empresa que organiza excursiones marítimas. Los hechos se desencadenaron durante la tarde, después de que, explicó la Policía Nacional en una nota, los empleados del barco reprochasen a uno de los dos jóvenes su actitud al lanzarse con imprudencia al agua durante el atraque , con lo que se expuso a un elevado riesgo para su integridad física puesto que las hélices de la embarcación todavía se encontraban en funcionamiento.

Según detalla la Policía Nacional, con el barco atracado y sin mediar palabra, los dos pasajeros comenzaron a golpear violentamente con patadas y puñetazos en el rostro a las víctimas. Tras consumar la agresión, los dos turistas emprendieron la huida del lugar a la carrera. Los agredidos quedaron con diversas lesiones y uno de ellos acabó con la cara fracturada.

Cuando los agentes se personaron, tan solo encontraron a las víctimas. Una de ellas se encontraba con el rostro ensangrentado, una brecha en la cabeza y la camiseta rota. Los dos supuestos agresores ya habían abandonado la zona. Sin embargo, un indicativo de seguridad ciudadana de la Policía Nacional pudo detener cerca de la calle Pere Matutes Noguera, a unos 200 metros del lugar de los hechos, a los dos jóvenes como presuntos autores de las lesiones a las víctimas, detalló la Policía Nacional.

El trabajador ha sufrido varias fracturas y lesiones. DI

Siete fracturas en la cara

Gloria Hurtado, esposa de uno de los agredidos, concretamente el armador del barco, detalló a este diario los brutales hechos. Su marido padeció las lesiones de mayor consideración, entre ellas, siete fracturas en la cara, como resultado de lo cual le han colocado dos placas en el lado izquierdo a través de una cirugía maxilofacial, según consta en el parte médico de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, centro al que fue trasladado en ambulancia y en el que palia el dolor con morfina y valium. También le tuvieron que levantar el pómulo, detalló Hurtado. Además, su hijo, empleado en la embarcación, también tuvo que ser asistido con el metatarsiano y la nariz rotos.

Hurtado relató con indignación el brutal comportamiento de los dos presuntos agresores, en especial el del joven que permaneció en la embarcación cuando su amigo se arrojó al agua y respondió con golpes a las recriminaciones. Según su testimonio, se trata de un jugador de rugby que aprovechó su condición física para agredir brutalmente a la tripulación y se jactó de ello.

Según el relato de los hechos que ofreció esta denunciante, en el momento de la agresión se encontraban en el barco cinco trabajadores -en el atestado de la Policía Nacional constan cuatro víctimas, aunque desde el cuerpo policial contemplan que pudieron ser más-. Hurtado explicó que, aunque ninguno se libró de los golpes, dos de los tripulantes -el patrón y el jefe de máquinas- únicamente sufrieron magulladuras, mientras que el armador, el jefe de seguridad y un empleado de la empresa requirieron una mayor atención médica.

El suceso, especificó Hurtado, fue contemplado por varios policías que sirven fuera de la isla, quienes aguardaban en el muelle para embarcar y dieron el aviso a emergencias. Posteriormente, narró, su marido encontró a una patrulla de la policía secreta que circulaba en un vehículo por Vila, por lo que subió con el fin de ayudarles a rastrear la zona y posibilitó la localización e identificación de los protagonistas de la agresión.

Hurtado deseó que la ley recaiga sobre los dos agresores y lamentó con indignación que los hombres fueran puestos en libertad tras pasar a disposición judicial, según afirmó en su relato, preocupada además por el riesgo de fuga a sus países. Desde Policía Nacional explicaron que en estos casos los juzgados suelen retener los documentos de viaje.