El único compromiso que el alcalde de Sant Josep arrancó ayer al delegado de la Demarcación de Costas en Balears, Gabriel Pastor, fue que este le envíe un listado de las autorizaciones que ha dado durante los últimos tres años en el municipio que son similares a la otorgada en Platges de Comte. Josep Marí le expuso su deseo de que las nuevas autorizaciones solo «sean temporales y no contemplen el dominio privativo de la costa», además de que «no sean por plazos muy largos». El alcalde le explicó que el Consistorio ha encargado un estudio sobre las playas del municipio cuyas conclusiones se sabrán en octubre pero que con toda seguridad confirmarán «que el litoral de dominio público está suficientemente cubierto por las actuales concesiones». Marí apuesta por «no autorizar más», por aplicar «una especie de moratoria». Según el alcalde, ese estudio sobre la capacidad de carga de las playas satisfizo al jefe de Costas porque servirá de «justificación» en caso de que las denegaciones de autorizaciones sean recurridas por «arbitrarias».

Sobre fondeos, el delegado de Costas dijo estar limitado por el número de inspectores que tiene (tres en Ibiza y uno en Formentera) y se lavó las manos respecto a los que se hacen sobre posidonia, cuya responsabilidad pasó a la conselleria balear de Medio Ambiente.

Respecto a la renovación de las barreras y cuerdas de protección de dunas y a las barreras de acceso a la zona marítimo-terrestre, Gabriel Pastor le aseguró que las cambiarán y activarán, respectivamente, cuando les llegue la inversión, que al parecer ha sufrido un retraso.