«La apertura del municipio a centros comerciales de mayor tamaño supone un evidente interés general y público en cuanto a la mejora de su crecimiento económico», afirma el documento aprobado por el equipo de gobierno. También se alude a la «posibilidad de desestacionalizar los establecimientos públicos en general». Con estos argumentos justifica el Consistorio la puerta abierta a las grandes superficies de toda índole.

La nueva norma admite que la creación de grandes superficies «puede tener una cierta incidencia sobre la movilidad del municipio», es decir, sobre el tráfico en su red viaria. Pero el Ayuntamiento llega acto seguido a la conclusión de que esta situación será «asumible por las actuales redes viarias del municipio y no es previsible que se produzca ningún incremento de la movilidad fuera de escala». No propone, por tanto, ninguna solución para hacer frente a la intensificación del tráfico en estas zonas.

Para explicar por qué se permite este «nuevo modelo de centros comerciales y otros establecimientos públicos», el documento señala que es preciso «asumir el cambio social y económico» operado desde que se aprobó el vigente PGOU de 1987.

Por su parte, el concejal de Urbanismo, José Torres, explicó a este periódico que para llegar a permitirse el volumen y superficie máximas permitidas en la nueva norma la parcela en cuestión debe reunir todas las condiciones que figuran en el articulado, y no solo una de ellas.