Las obras que realiza el Consell de Formentera en el faro de la Mola, tras firmar un convenio de uso con la Autoridad Portuaria de Balears (APB), para convertir una parte de la instalación en un centro de interpretación del mar y de las señales luminosas, han generado críticas por parte de algún vecino.

El motivo es que existe una ordenanza que limita la realización de obras en los núcleos urbanos y zonas turísticas habitadas entre el 1 de mayo y el 15 de octubre. Sin embargo, en esta época del año este enclave es visitado a diario por centenares de turistas, para conocer el entorno del faro, especialmente los acantilados cercanos, ya que la entrada siempre ha estado prohibida al recinto que limita el faro.

Fuentes del departamento de Infraestructuras avanzaron que las obras continuarán durante todo el verano y que tienen previsto terminar la actuación en el mes de septiembre. Añadieron que en estos momentos se «está trabajando en el interior y en la parte de la acera exterior que rodea el edificio». Además, añadieron que habían dado órdenes específicas de no trabajar con maquinaria pesada en el exterior y generar el menor polvo posible con el movimiento de materiales de obra que se guardan en el exterior.

Además la conselleria de ordenación del Territorio señaló que en el entorno de este edificio no hay establecimientos de alojamiento turístico, que es para lo que está destinada la correspondiente ordenanza que persigue evitar molestias de este tipo a lo visitantes.

Las obras del faro de la Mola están siendo realizadas por la empresa pública Tragsa y se centran en reconvertir parte de la planta baja en un centro de interpretación pero que también acoja actividades culturales.