La plaga de la procesionaria del pino, declarada oficialmente por el Govern balear en Formentera, parece no remitir a pesar de los esfuerzos para erradicar a este insecto desfoliador. Este fin de semana, un grupo de senderistas que paseaba por la costa suroeste de es Cap de Barbaria detectó la presencia de numerosas bolsas de procesionaria en una zona muy localizada, entre el Racó de s'Alga y es Torrent Fondo.

Su primera reacción fue la de avisar a la conselleria insular de Medio Ambiente, con la intención de informar de este hallazgo.

La consellera del área, Daisee Aguilera, explicó que efectivamente recibió el aviso y adelantó que enviará a los técnicos para evaluar la situación. Avanzó que en caso de que fuera necesario podrían retirar las bolsas de forma manual, ya que al parecer la zona afectada está muy localizada.

La consellera recordó que, junto con la conselleria balear de Medio Ambiente y de acuerdo con los vecinos, autorizaron la fumigación aérea en octubre del pasado año, que se repetirá este año con un agente biológico.

Fumigación en helicóptero

Fumigación en helicóptero

Al finalizar la campaña también se informó de que, por razones operativas, el helicóptero encargado de la fumigación no se aproximaría a la franja costera y se concentraría en sobrevolar la zona de mayor densidad de masa forestal. Por eso pusieron en marcha, de forma paralela, la retirada manual de las bolsas de procesionaria.

La conselleria balear de Medio Ambiente señaló que este verano está previsto que los agentes coloquen trampas de feromonas para las mariposas y anunció que a partir del mes de octubre se repetirá el tratamiento aéreo fitosanitario, tal y como se hizo en 2017. Este departamento recordó que la responsabilidad también afecta a los propietarios de los bosques.