Los índices de mortandad de flamencos que se están registrando en las zonas húmedas del Parque Natural de Ibiza y Formentera desde el pasado 14 de enero, cuando se encontraron los primeros 12 ejemplares en las salinas de Ibiza, ha puesto en alerta a ornitólogos y al propio Govern balear. Desde entonces la cifra de ejemplares muertos ha ido creciendo como un goteo, extendiéndose incluso a Formentera, que en principio parecía excluida pero que comenzó a registrar los primeros flamencos muertos a mediados de la pasada semana.

A fecha de ayer, la conselleria balear de Medio Ambiente eleva a 21 los flamencos encontrados muertos en las últimas semanas; 17 en Ibiza, de los que tres murieron por choque con los tendidos aéreos, pero el resto, 14 ejemplares, presentaba como característica común estar muy debilitados y con signos de malnutrición.

En cambio, los cuatro ejemplares de Formentera -el último fue hallado el lunes- tienen como característica común estar «muy parasitados», lo que hace pensar que esa sea la posible causa de la muerte.

El Centro para la Recuperación de la Fauna de las Balears (Cofib) ha realizado las correspondientes necropsias y se han enviado las muestras a un laboratorio de Barcelona para su correspondiente análisis.

El director general de Espacios Naturales y Biodiversidad del Govern balear, Miquel Mir, avanzó ayer que en estos momentos «se están analizando las posibles causas de la muerte de estos ejemplares».

Añadió que ayer mismo los técnicos del Cofib le avanzaron que había «indicios de que las causas pueden ser diferentes»entre los casos de Ibiza y los de Formentera. Al mismo tiempo, indicó que los resultados de las necropsias practicadas y los correspondientes análisis «llevan un tiempo e incluso, a veces, se requieren nuevas muestras para complementar el resultado final que determine las causas».

Lo único que de momento lo técnicos han podido observar es que en el caso de los ejemplares de Formentera «los parásitos podrían ser una de las causas de estos episodios». Mir aclaró que en Ibiza «tres de los ejemplares muertos corresponden a choques con tendidos eléctricos por las características heridas que presentan». Pero en el resto «hay indicios de que sean problemas de nutrición».

Aseguró que su departamento está muy atento a este episodio de mortandad, que no se había registrado con tantos ejemplares hasta ahora. «Estamos intentando evaluar todas las posibles causas y por eso también hemos cogido muestras de agua en Ibiza», recordó.

El director general insistió en que el proceso de análisis es lento y que no se descarta la repetición de algunos de ellos.

En cuanto al plazo previsto para recibir los resultados y extraer conclusiones, dijo que no puede aventurarse a poner fecha, tal y como le transmitieron los propios técnicos del Cofib.

Mir también comentó el hecho de que en Formentera ha aumentado considerablemente la presencia de estas aves, ya que en el último recuento oficial, realizado el pasado 15 de enero, se llegaron a contabilizar 56 ejemplares que parecían en buenas condiciones.