El Consell de Formentera no comparte ni los trazados submarino y terrestre ni el tamaño de la futura subestación que Red Eléctrica de España tiene previsto en el proyecto de interconexión con Ibiza mediante el tercer cable eléctrico para garantizar la calidad del suministro a la isla. Entre las cuatro conselleries afectadas (Patrimonio, Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras) han presentado una serie de alegaciones durante el periodo de exposición pública del proyecto, que concluyó a finales de junio.

Las alegaciones van dirigidas al Ministerio de Energía y al Govern balear, ya que la nueva subestación, prevista en la zona de es Ca Marí, depende de esta Administración. El Consell no considera adecuado el edificio previsto para albergar esta instalación, que está proyectado que tenga unos 10 metros de altura, lo que equivale a un edificio de unas cuatro plantas.

El modelo de subestación que se prevé para Formentera es el estándar, por lo que son edificios tipo bastante elevados para la altura media de las edificaciones de la isla. «Estamos hablando de un edificio de una altura aproximada de 10 metros que se vería desde toda la isla», aseguró la consellera de Territorio, Alejandra Ferrer.

La alternativa que ha presentado el Consell propone que «la subestación tenga en cuenta las características urbanísticas de la isla sin sobrepasar, en ningún caso, la altura de la actual edificación y para eso se pueden tomar medidas como es la de excavar», para que tenga sótano y se disminuya así la altura visible.

Pero además, el Consell propone utilizar el actual solar, que ya está calificado como de servicios en el planeamiento urbanístico, y no el previsto por Red Eléctrica, situado al otro lado de la desaladora y que se tendría que recalificar.

También hace especial hincapíe el Consell en realizar un estudio sobre contaminación acústica de los nuevos equipos, que no se incluye en el proyecto. «Todos sabemos los problemas que sufren los vecinos en esa zona y el proyecto no habla de forma específica del control acústico», insistió Ferrer.

Sin afectación a la posidonia

Otro de los inconvenientes que presenta el proyecto para la institución insular es la entrada del cable desde el mar, prevista en origen por es Pujols, en aguas del Parque Natural de ses Salines, aunque no afectaría a la posidonia. Este trazado es más largo ya que pasaría por el camí de sa Beuredeta para seguir por detrás de Punta Prima, cruzando por ses Roques hasta llegar a la subestación de es Ca Marí.

En cambio, el Consell observa que el tendido planteado afecta a Patrimonio, ya que se tendrían que eliminar numerosas paredes de piedra seca. «También afectaría a muchos vecinos, ya que dejará caminos intransitables durante bastante tiempo, y afectaría a infraestructuras de servicios de agua y alcantarillado».

La propuesta del Consell es que el cable entre por la zona de es Carnatge (fuera del Parque Natural), donde se plantean dos alternativas: una evitaría cualquier tramo con presencia de posidonia y otra salvaría, por debajo del lecho marino, una pequeña superficie de pradera. En esta propuesta, el tendido terrestre tendría menos metros pero el submarino sería más largo, por lo que el presupuesto aumentaría.