El Consell de Formentera y la empresa Ibifor iniciaron ayer el control de entrada y estacionamiento de vehículos a motor en la zona norte del Parque Natural de ses Salines, es decir, en las playas de ses Illetes y de Llevant, que son las más visitadas por los turistas.

El acceso para los peatones, bicicletas y vehículos eléctricos es gratuito, como cada año, ya que se grava el aparcamiento pero no el libre acceso a la zona protegida. Esta limitación se estableció hace casi 10 años por razones de seguridad y para evitar colapsos circulatorios y de estacionamiento en los caminos que puedan impedir la entrada de vehículos de seguridad como ambulancias o bomberos, entre otros.

Las condiciones de acceso y los precios no han variado respecto al pasado año y oscilan entre los dos, tres y los cuatro euros para las motos y entre los cuatro, cinco y seis euros para los coches, según el mes de la temporada.

La capacidad de carga establecida en esta zona por parte del organismo gestor del Parque Natural de ses Salines es de 1.132 motos y 384 coches, lo que no varía respecto al pasado año. Asimismo, se mantiene la limitación establecida a los autobuses para que no coincidan, al mismo tiempo, más de uno en este espacio. Según avanza la temporada y dependiendo de la afluencia de visitantes, el acceso puede quedar cortado si se completan las plazas de aparcamiento disponibles en los 13 espacios habilitados, lo que a veces genera protestas por parte del público que quiere acceder.