La aparición de forma casual de una necrópolis de la época bizantina en Formentera ha abierto una nueva puerta de investigación a los especialistas para recomponer la historia de los pobladores de la isla. Más aún cuando existen, de momento, pocos restos que se puedan datar del siglo VII después de Cristo, solamente la referencia de Corominas, en 1916, sobre una tumba hallada en Can Gavinu, cerca de Sant Francesc.

En este caso el hallazgo se produjo a principios de marzo, tal y como publicó este periódico, a raíz de los estudios arqueológicos previos que un propietario realizó para obtener la correspondiente licencia de construcción en su terreno situado en el casco urbano de Sant Francesc, a la salida del camí vell de la Mola.

La consellera de Patrimonio, Susana Labrador, el técnico del área, Jaume Escandell, y la arqueóloga, María José Escandell, explicaron ayer los detalles del hallazgo y que será finalmente la Comisión Técnica Asesora (CTA) en una próxima reunión la que emita el informe y las consideraciones correspondientes sobre la solicitud realizada por el promotor.

Susana Labrador destacó la colaboración de este propietario en todo este proceso y remarcó la importancia de estas intervenciones preventivas, «ya que en Formentera hay muchos tesoros escondidos» que están saliendo desde que se obliga a los promotores a realizar estudios previos donde existen registros de restos, recogidos en la Carta Arqueológica de Formentera incluida en el catálogo del Patrimonio aprobado en las Normas Subsidiarias de 2010 .

9

Localizan un cementerio de la época bizantina en Sant Francesc

En esta intervención, que ha dirigido María José Escandell, los especialistas descubrieron cuatro tumbas en las que había enterradas al menos 12 personas: ocho adultos y cuatro niños, junto con otros elementos de ajuar funerario, que han permitido datar el yacimiento en la época bizantina, concretamente en el siglo VII . Todos los restos están ahora bajo la custodia del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, como institución de referencia, tal y como marca la Ley de Patrimonio. Mientras, el equipo de arqueólogos ha iniciado un estudio más detallado para poder responder a las preguntas sobre el grado de consanguinidad, su edad, si sufrieron enfermedades, su tipo de alimentación y todos los datos posibles para completar la historia de uno de los siglos más desconocidos.

El técnico del Consell, Jaume Escandell, destacó que el hallazgo es «de gran interés desde el punto de vista del patrimonio cultural, teniendo en cuenta que se trata de un periodo del que se tiene poca información». «Por lo tanto, su estudio supondrá una aportación científica relevante a la historia de la antigüedad tardía de Formentera», recalcó.

El descubrimiento de la necrópolis es el resultado de una intervención arqueológica preventiva que marca la Comisión Técnica Asesora (CTA) de Urbanismo, Ordenación del Territorio, Patrimonio Histórico y Actividades en aplicación de las normas subsidiarias.

La normativa establece que «todos los movimientos de tierra en el subsuelo previstos en los entornos de protección de los yacimientos arqueológicos deben contar con control arqueológico». Una vez redactada la documentación del yacimiento, esta es valorada por la Comisión específica de Arqueología, cuyo dictamen favorable es preceptivo para proceder a la concesión de la correspondiente licencia de obras.