Patxi Galán es agente forestal del Ibanat en Formentera y su compromiso personal le ha llevado a pasar parte de sus vacaciones en un campo de refugiados sirios, afganos e iraquíes en Grecia. Su voluntariado improvisado le llevó, el pasado mes de abril, a pasar 18 días en el campo de refugiados de Katsikas, al norte de Atenas, en donde 1.500 personas esperan un futuro para sus vidas.

Galán explica que cuando llegó, tras contactar por Internet con la ONG Olvidados, el Ejército griego estaba montando el campo en una explanada en la que extendió grava y levantó las tiendas de campaña. El Ayuntamiento de esa localidad hizo entonces un llamamiento a voluntarios para echar una mano y por allí apareció Galán: «Solo les daban el rancho, puro y duro, había un puesto de la Cruz Roja y mucha gente por atender, sobre todo niños», rememora.

Los refugiados de ese campo están esperando una salida a su situación y justo cuando Patxi Galán regresaba a Formentera, llegaban las organizaciones más potentes como Acnur y Médicos sin Fronteras.

«Cuando llegué no había nada. Las voluntarias de Olvidados estaban dando leche y pañales a las madres de los bebés y yo me dediqué a atender a niños y adolescentes». Así, su principal trabajo fue suministrar leche a los niños y té a los mayores, aunque también construyó los primeros muebles para una escuela. Pero insiste en que la principal función de los voluntarios es «estar con ellos [los refugiados], dar solidaridad, acompañarles». Este agente forestal hace una reflexión: «Imagínate, se han jugado la vida por llegar a Europa, les meten en un campo infrahumano y la primera impresión que reciben de Europa es que les abandonan».

Para entretener a los jóvenes en una actividad práctica, Galán organizó una ‘brigadilla’ de limpieza del campo. Consiguió herramientas, chalecos y gorras y cada mañana le esperaba el grupo para empezar la tarea. También tenía tiempo para jugar con ellos, echar algún partido de fútbol... pero sobre todo «estar con ellos», insiste. «Los gobiernos son una cosa, pero nosotros estamos con vosotros, en Europa hay personas que os apoyan», es el mensaje que el voluntario formenterés apunta que les daban a los refugiados con su presencia.