El yacimiento de es Cap de Barbaria II es una de las muestras más representativas de la prehistoria de Formentera y permite entender cómo vivían y se organizaban los habitantes de la isla hace 3.200 años. Este año concluye el proyecto ´Las comunidades prehistóricas de Formentera: Arqueología, patrimonio y sociedad´, y el equipo de especialistas publicará en los próximos meses la correspondiente memoria y documentación tras cinco años de trabajos, tanto en laboratorio como en las campañas de campo, que este año concluyen el 18 de marzo.

El proyecto está codirigido por Pau Sureda (Universitat Pompeu Fabra), Edgard Camarós (Institut Català de Paleoecologia Humana y Evolució Social), María Ana Cueto y Luís Teira (ambos del Instituto internacional de investigaciones prehistóricas de la Universidad de Cantabria).

Para entender lo que han hecho durante estos años los 17 miembros del equipo, Edgar Camarós resume que este yacimiento es «como un pueblo con varias casas asociadas, con familias y espacios comunales». Las actividades del grupo se realizaban de forma colectiva. Este poblado es solo uno de los más de 40 que se han localizado en la zona de es Cap de Barbaria, y en el mismo deberían vivir entre 20 y 30 personas. Camarós detalla que «cultivaban alrededor del poblado lo que comían y tenían animales con los que compartían espacio».

Cómo afrontar la muerte

El trabajo de este equipo, al que da apoyo logístico el área de Patrimonio del Consell de Formentera, dio un giro desde que en 2014 empezaron a investigar cómo afrontaban la muerte estas comunidades prehistóricas de la Edad de Bronce. Entonces comenzaron a excavar una cueva en los acantilados de la Mola, que han denominado 127, donde han encontrado restos de una mujer y un hombre con objetos que les permiten asegurar que existía un rito funerario en torno a los enterramientos de los dos individuos, que no llegaban a los 30 años de edad.

Edgard Camarós señala que sus investigaciones les llevan a concluir que es Cap de Barbaria II es «un hábitat de convivencia y de actividades cotidianas y la otra cara de la moneda es la cueva 127, que es el reflejo de cómo esta gente gestionaba la muerte». El arqueólogo avanzó que a la espera de los resultados de los estudios emprendidos, todo apunta a que los individuos enterrados «forman parte del mismo grupo humano que habitaba la Formentera prehistórica y el poblado de es Cap II».

Al límite de la supervivencia

Los pobladores de hace más de 3.000 años vivían en una situación precaria con una bajísima esperanza de vida. Tras los estudios que ha realizado este equipo de investigadores, la conclusión es que esos grupos humanos «pasaban hambre y vivían al límite de la supervivencia, eso lo vemos en es Cap II, pero en la cueva 127 los restos humanos de la mujer que encontramos también presentaban signos de malnutrición».

La consellera de Patrimonio, Susana Labrador, explicó ayer durante su visita al yacimiento es Cap II que la última parte del proyecto consiste en «la consolidación y restauración de las estructuras 1 y 3 del yacimiento, que quedaban entre las partes ya restauradas durante los dos últimos años». Las labores de restauración y consolidación han sido realizadas por un equipo formado por Margalida Munar, Bernat Burganya y Antoni Puig, y se encuadran en el Plan insular de gestión del patrimonio.

Estas labores consisten en recolocar las piedras que se encuentran desplazadas, ligar aquellas que conforman las hileras superiores, consolidar sus cimientos, rellenar los muros con piedras de rechazo, consolidar las estructuras internas con mortero de cal y nivelar el suelo en el interior de las estructuras. El presupuesto total es de 4.418,40 euros.

Mañana, Pau Sureda ofrecerá la conferencia ´La metalurgia prehistórica en Formentera. Tecnología, interacción y sociedad´, en la sala del Ayuntamiento Viejo a las 19 horas y se inaugurará la exposición ´Formentera en las redes metalúrgicas del bronce final´.

Además, el equipo ha invitado a cualquier persona interesada en sus investigaciones a visitar el yacimiento de es Cap de Barbaria, donde trabajan de lunes a viernes en horario de mañana. Los expertos acompañarán a los visitantes y les explicarán los detalles de este yacimiento.

Los trabajos que se están llevando a cabo sirven para hacer comprensible cómo estaba construido este poblado y para mostrar a los residentes en la isla y a los visitantes el periodo más desconocido de la historia de Formentera.