La mítica Joven Dolores que surcó las aguas de las Pitiüses durante más de 30 años, a finales del siglo pasado, volvió a navegar ayer por las calles de Sant Francesc. La comparsa de la Apmitea, la Associació Pau Mayans y del Centro de Día se llevaron el primer premio de comparsas.
Los 950 euros fueron bien merecidos y no solo su trabajo convenció al jurado sino que el resto de los participantes y el público asistente también mostró su aprobación por el excelente trabajo.
Así, las personas con dificultades de movilidad y psíquicas, junto con sus familiares y los profesionales del Centro de Día, se convirtieron, sin quererlo, en los auténticos protagonistas de esta edición del carnaval de Formentera.
Casi un millar de vecinos se concentraron en la avenida 8 d´Agost para participar en el carnaval. Las carrozas, comparsas, grupos y disfraces de las distintas categorías que se presentaron al concurso fueron una expresión de imaginación y buen humor, sin olvidar la crítica contra las prospecciones, la corrupción política o la reciente operación para eliminar las cabras de es Vedrà.
La comparsa que más llamó la atención fue la que montaron los usuarios, familiares y personal del Centro de Día, que abrió una reproducción de la mítica Joven Dolores. Detrás los integrantes del grupo recrearon un mapa de Formentera al que no le faltó detalle. Allí estaban reproducidos, a pequeña escala, los principales lugares de interés, playas, chiringuitos, carreteras y los establecimientos comerciales más significativos de la isla y que también han colaborado en esta iniciativa. Este colectivo venía trabajando en esta idea y en el montaje final desde hacía dos meses y resultó todo un éxito.
El segundo premio de comparsas, dotado de 650 euros, fue a parar a la Associació Reis Mags. En su caso la parodia giró en torno a los payeses y turistas y cómo unos y otros se han tolerado desde el boom del turismo. Un par de Mobylettes de los setenta servían para pasear a atractivas turistas. En los remolques se entremezclaron escenas de las antiguas costumbres autóctonas como hacer pan y vino con las debilidades de los turistas a la hora de disfrutar del sol y de la playa. Al final los payeses terminan bailando rock and roll y los turistas ball pagès.
Aunque en un principio no estaba previsto el desfile, finalmente la comitiva festiva decidió lucir sus disfraces y dio la vuelta a la manzana más cercana al recinto donde se celebró la fiesta. Durante el recorrido el buen humor dominó un ambiente en el que adultos y niños disfrutaron.
Entre las comparsas el efecto del grupo de los amigos de Mancebo con el Parque de Atracciones, con una montaña rusa, quedó de lo más lucido. Lo mismo le ocurrió a Sargantana Man (los amigos de José Jurado), que quedó en el segundo puesto de esta categoría.
Módulo deportivo
Es la primera vez que Formentera celebra un carnaval una semana más tarde de la fecha fijada. El domingo 7 el mal tiempo impidió la celebración de la rúa y la conselleria insular de Cultura y Fiestas decidió posponer la fiesta. Ayer el sol lució y el viento de poniente tampoco fue especialmente molesto. Sin embargo la lluvia apareció a primera hora de la tarde y descargó un chaparrón en Sant Francesc que pilló a buena parte de los participantes en el módulo deportivo del instituto Marc Ferrer, pero que también ofreció en el exterior el espectáculo de un doble arcoíris que cubrió toda la isla.
Las parejas y los disfraces
Los disfraces de grupos y familias también se hicieron notar por su colorido y no faltaron robots sacados de ´Star Wars´, payasos, hadas, una payesa que ponía en evidencia la falta de agua, caballos y jinetes del Oeste americano que criticaban la corrupción política como si viviéramos en la ciudad sin ley, o aquellos que optaron por lo cotidiano, los cuentos, las películas o el terror.
Así, la concentración se convirtió en una minirúa que justo dio la vuelta a la manzana para regresar al punto de salida y al módulo deportivo del instituto Marc Ferrer. En el interior el jurado pudo evaluar las propuestas que fueron pasando una a una, montando una particular coreografía.
Los niños jugaban, los padres disfrutaban y los abuelos observaban satisfechos en un ambiente familiar en el que una vez más la implicación de los distintos colectivos ciudadanos, especialmente las asociaciones de padres -la del Mestre Lluís Andreu se hizo cargo de la comida- fue otra de las claves del éxito de la jornada.
Ya en el interior del recinto los asistentes disfrazados tuvieron el almuerzo gratis. Después fue el momento del baile de disfraces con las actuaciones de Allsex y de DJ Pharma. Entonces el jurado estuvo observando y deliberando para completar el cartel de premio con el de parejas, que fue a parar a manos de Elena Marco y Mar Ample, con el baño o los pequeños placeres del siglo pasado. El primer premio infantil recayó en Robot R5-J y el de adulto en el Exorcista, que realmente daba miedo.
La fiesta fue conducida por Marta Vázquez y siguió hasta media tarde con la música en directo de Allsex y el espectáculo de DJ Pharma.