La Guardia Civil de Formentera recuperó ayer para los vecinos la celebración de la patrona del instituto armado, la Virgen del Pilar, con un convite en el que abrió las puertas del cuartel de Sant Francesc. Desde hacía varios años, los miembros de este cuerpo celebraban su fiesta en un restaurante privado. Sin embargo, con la llegada de los nuevos mandos, se ha producido un cambio de tendencia en la relación de estos funcionarios públicos con la población y la institución insular.

A pesar de que hay intención de darle continuidad, el mes que viene se producirá el relevo del actual mando en el puesto, el brigada Alejandro Perdigón, que será ocupado también temporalmente por otro brigada, quien estará al frente del cuartel durante otros tres meses. De cualquier forma, la Comandancia de Balears mantiene el puesto de sargento vacante y está estudiando agregar un suboficial más al destino de este cuartel.

El jefe de puesto, el brigada Alejandro Perdigón invitó a todas las asociaciones ciudadanas y a los representantes de los partidos políticos y en su intervención fue muy claro: «Esta fiesta debe celebrarse en este cuartel y debe abrirse a todos los ciudadanos, porque somos el punto de referencia de la seguridad».

Continuó diciendo que los miembros de la Guardia Civil forman parte del pueblo donde residen, «aunque algunos con ideas obsoletas y del pasado no lo consideren así». «Estamos en Formentera y formamos parte del pueblo de Formentera», aseveró.

En su intervención reconoció el problema de los robos en domicilios al que se enfrentan, y avanzó que mantienen una investigación abierta que, espera, «de sus frutos a corto plazo».

El brigada repasó los principales servicios realizados este verano como «la protección de la posidonia». También hizo referencia a un «plan director» que tiene por objeto la prevención de la venta y consumo de drogas en el entorno de los centros escolares. Asimismo hizo referencia al plan de mayores para que este colectivo sepa a quién dirigirse «en caso de maltrato o abandono».

La celebración sirvió para que numerosos vecinos se acercaran hasta las dependencias en donde se sirvieron aperitivos y paella.