Las manifestaciones religiosas de Semana Santa en Formentera están tomando en los últimos años un cariz desconocido hasta ahora. Primero fue la creación, en 2007, de la Cofradía de Nuestro Señor Jesús de Nazaret que desde entonces saca en procesión la imagen del Jesús Cautivo por las calles de Sant Ferran.

Pero la novedad de este año es que el tradicional vía crucis, que se celebra el Viernes Santo por la tarde en Sant Francesc, fue representado por primera vez gracias a la iniciativa de dos miembros del grupo de teatro S´Esglai, Andreu Ferrer y Sara Miguel, cuyos integrantes interpretaron las estaciones de la Pasión de Cristo con la colaboración de numerosos actores extras que arroparon e intervinieron en cada uno de los 13 pasos que componen el recorrido.

«¡Dios mío, yo me esperaba gente pero no tanta!», exclamó en voz baja el párroco de Formentera, Miguel Ángel Riera, al salir de la iglesia y observar la plaza de la Constitució llena de personas expectantes.

Aunque la celebración en el templo, previa al inicio de los pasos, se prolongó más de lo previsto, los vecinos y curiosos esperaron pacientes a que salieran los actores. Ya en el primer paso, el despliegue de personajes como Jesús, Poncio Pilato, el sumo sacerdote y los soldados romanos anunciaba un vía crucis diferente, acompañado por la música de flauta de Xumeu Joan y los coros y rezos de los feligreses. En cada uno de los pasos los actores iban recitando los textos de los episodios claves del calvario de Jesús.

Mientras, el público observaba curioso, embelesado a veces y sorprendido otras. Los niños, con ojos como platos, no paraban de hacerse preguntas entre la incredulidad, la sorpresa y el desconocimiento de lo que estaban presenciando.

El silencio y el ambiente de profundo respecto, solo roto por la melodía de la flauta, fue dominante durante cada uno de los pasos. La interpretación de los actores alcanzó momentos muy emotivos, como fueron la llegada de María para atender a su hijo o la irrupción de una sentida Verónica que enjugó el rostro de Jesús.

Mientras, el joven Adán Ferrer, que representaba a Jesucristo, presentó una imagen bien distinta al estereotipo habitual, con el pelo corto y sin barba aunque, eso sí, desde el primer momento se metió en el papel hasta el momento cumbre de la crucifixión. Cuando Jesús fue levantado en la cruz, situada ante la iglesia de Sant Francesc, por los soldados romanos, delante del sumo sacerdote y de su madre la Virgen María la plaza se sumió en un profundo silencio. Después el cortejo cogió el cuerpo envuelto en una sábana y lo introdujo en la iglesia.

Este vía crucis fue el que congregó más personas de los últimos años. La iniciativa del grupo S´Esglai contó no solo con la implicación de sus miembros habituales sino también de numerosos colaboradores y feligreses. Mari Luz Barales fue la diseñadora de la mayoría del vestuario, salvo el de los soldados romanos, que lo tuvieron que alquilar, y todos ellos estuvieron ensayando durante varias semanas.

Otra de las piezas claves en este acontecimiento religioso, que seguramente se repetirá cada Semana Santa a partir de ahora, fue el apoyo del párroco de Formentera, Miguel Ángel Riera: «Todo surge de Andreu Ferrer, que es obrero de la parroquia, y de Sara Miguel, los dos de S´Esglai, que me propusieron hacer algo diferente», declaró. El sacerdote reconoce que, aunque siempre está dispuesto «a las nuevas propuestas», nunca hubiera imaginado que esta representación del vía crucis iba a adquirir tal dimensión. De hecho, horas antes de su inicio no escondía cierta preocupación «por la envergadura que esto ha tomado».

En total participaron más de unas 30 personas. Riera apunta que al ser la primera vez también les surgieron muchas dudas como, por ejemplo, resolver el momento de la crucifixión. El párroco también explicó que la música se ha cuidado mucho, hasta tal punto de recuperar tres melodías diferentes que gracias a Xumeu Joan se pudieron interpretar a la flauta en el tono adecuado.

Jesús de Nazaret

La Cofradía de Nuestro Señor Jesús de Nazaret también tuvo su protagonismo en la noche del Jueves Santo, tras la celebración de la eucaristía en la iglesia de Sant Ferran. Sus cofrades volvieron a repetir el ritual de sacar en procesión la imagen de Jesús Cautivo, acompañados por su banda de cornetas y tambores y por los penitentes, ataviados con capirotes y las manolas que precedían el paso.

El silencio se adueñó durante más de dos horas de las calles de Sant Ferran, mientras los primeros turistas de la temporada observaban curiosos y atónitos está manifestación de fervor religioso.