­El maestro internacional de ajedrez Diego del Rey se enfrentó este fin de semana a doce personas de diversas edades que se animaron a participar en una partida simultánea en la plaza de Sant Francesc, en Formentera. Esta fue la última de las actividades de la semana que Formentera ha dedicado a este deporte y que culmina de una manera participativa, con el objetivo de dar a conocer el ajedrez y los beneficios que conlleva, y hacerlo de manera abierta en la plaza.

El maestro Diego del Rey comentó que el ajedrez desarrolla muchas facultades cognitivas si se practica desde pequeño porque estimula el intelecto del niño. Con él, se trabajan los dos hemisferios del cerebro, algo que no se consigue con otras muchas actividades, y familiariza al niño con la victoria y la derrota.

«El niño está manejando un juego empresarial, en el que asume sus errores y celebra sus victorias», explicó. Si hace una jugada mala, «pierde y fracasa», pero, añadió, «se tiene que recomponer, y esa es la fortaleza psíquica que da el ajedrez».

Insistió en que a los niños se les protege de todos los «golpes» que da la vida y aprenden mucho cuando se enfrentan solos a un tablero de ajedrez en el que son responsables de sus movimientos.

En este sentido, el organizador del evento y profesor de ajedrez en la escuela Cuatro Torres de Formentera, Raúl Moya, explicó que enseñar ajedrez a los 15 alumnos que tiene en la isla es una labor psicopedagógica. Tiene que estimular su capacidad de concentración y lograr que estén «sentados, callados y pensando, lo cual es difícil para un niño».

Practicando este deporte, los más pequeños desarrollan también su capacidad de memoria, porque tienen que calcular los movimientos que van a hacer antes de llevarlos a cabo, y la visión espacial. La toma de decisiones que conlleva y la asunción de responsabilidades les enriquece mucho como personas, según destaca Moya. Además, tienen también que aprender a respetar al rival y saber comportarse ante victorias y derrotas.

El campeón de Formentera, Esteban Serrano, que quedó segundo en el Open Internacional de esta edición, animó a todos a acercarse al ajedrez porque es «divertido, para todos, y puede jugarse al aire libre».

Serrano defendió que no es un deporte de intelectuales encerrados en un local, sino que puede hacerse en la plaza, riendo y entre amigos.

Entre los participantes del torneo estaba Adrián, ibicenco de 14 años, que jugó dos partidas contra el maestro internacional. Aunque reconoció que Diego del Rey le «machacó» en la primera, Adrián aseguró que en la segunda aguantó más. No era la primera partida simultánea de Adrián, que empezó a jugar al ajedrez con cinco años y desde entonces, le ha «enganchado».

En la partida de ayer sólo participó una niña, María Calvet, también de Eivissa y campeona en su categoría, que explicó que el ajedrez es una afición familiar.

De hecho, María estaba sentada al lado de su hermano, Jordi, que también jugó dos partidas contra el maestro internacional, algo que le resultó «muy difícil» porque, se quejó, «¡es muy bueno!».