­Personal especializado comenzó ayer en Formentera los trabajos de trituración de los restos de poda de árboles y plantas que llevaban acumulados en la planta de Transferencia de es Cap de Barbaria desde el mes de enero.

En total, se triturarán 3.500 toneladas, que equivalen a un campo de fútbol cubierto por tres metros de altura de poda.

La máquina es la única que existe en Ibiza y Formentera y ya trabaja para triturar todas estas ramas, troncos y restos de árboles y plantas, que se convertirán en biomasa en una semana, previsiblemente.

El Consell explica que esperaron a tener la máquina en vez de quemar los restos porque, así, se evitan el riesgo de incendios y las molestias para los vecinos.

La máquina genera biomasa triturada, que podrá utilizarse para fabricar combustible para calderas, crear una capa protectora de la humedad en los terrenos agrícolas y también como cama para el ganado.

El otro gran uso de la biomasa triturada es servir de abono para la tierra, aunque para ello tiene que seguir un proceso que dura meses.

Además, a pesar de que en la isla no existen instalaciones para ello, podría llegar a ser material para asfaltado.

La consellera de Medio Ambiente, Silvia Tur, explicó que en una semana de trabajo de mañana y tarde podrían triturarse todos los restos de poda y recordó que hacer llegar la máquina a Formentera fue muy complejo. Cuando esté el trabajo terminado, la máquina volverá a Ibiza.

Retirar otros materiales

Además de la biotrituradora industrial, una Willibald MZA 2800/35, el equipo para triturar los restos de poda incluye una pala, un camión pulpo, el camión de los bomberos para remojar los restos de poda y un operario para limpiar lo que quede en hierros, plásticos u otros materiales que podrían atascar la máquina y perjudicar la calidad de la biomasa triturada.

En total, el precio del dispositivo es de 300 euros la hora.

Esta trituradora se suma a las dos, aunque más pequeñas, que tiene el Consell en préstamo y alquila a quienes las soliciten para uso doméstico. El usuario puede triturar los restos de poda y evitar llevarlos al punto verde, aunque asume el coste del combustible y el compromiso de hacerse cargo de los desperfectos por uso indebido de las máquinas.

Con este servicio, el Consell busca reducir el volumen de poda que se lleva a la planta de transferencia y, a la vez, facilitar la fabricación de biomasa triturada.