A pesar de las prohibiciones que impiden realizar actividades de party boat -discotecas flotantes- en el entorno de la Reserva Natural de es Vedrà, es Vedranell y los islotes de Ponent, varias empresas ibicencas ofertan excursiones marítimas con distintos tipos de música de discoteca que pasan por estos enclaves protegidos saliendo de playa d´en Bossa o de Sant Antoni. Un ejemplo es el siguiente reclamo que introduce una de estas empresas en su folleto propagandístico: «Ibiza es la capital mundial de la música y las fiestas nocturnas. Te proponemos vivir la marcha de una forma diferente, como un pirata, a través de nuestras ´Sea Parties´, organizadas en colaboración con famosos djs.

Empalma con nuestro ´Desayuno con diamantes´ y sus amaneceres en Formentera, donde el champagne corre a raudales, o vive la puesta de sol en es Vedrà, rodeado de una atmósfera chill out, al ritmo de la música más puntera de la factoría Ibiza».

Lo mismo ocurre con el Parque Natural de ses Salines en Formentera, donde también se brinda la posibilidad de «desembarcar en ses Illetes», lo que también está prohibido, al igual que en el islote de s´Espalmador. En los casos en que se anuncian los desembarcos en ses Illetes, por lo menos una de las compañías, no lo hace directamente en esa playa sino en el puerto de la Savina, desde donde los pasajeros son llevados a pie a dicha playa. Hay ticketeros que reparten publicidad por la playa de ses Salines de un barco discoteca que parte de Ibiza y desembarca en ses Illetes.

El pasado viernes por la tarde se pudo observar cómo dos catamaranes de una empresa de Formentera que ofrece excursiones desde Ibiza a s´Espalmador, desembarcaban sus pasajeros directamente sobre la playa de s´Alga, donde únicamente tiene autorización la barca ´Brisa´, una golondrina que cubre la línea entre la Savina, ses Illetes y s´Espalmador.

Discotecas flotantes

Pero lo curioso es que algunas de estas empresas, sabedoras de que en el Parque Natural no se permite la actividad de las discotecas flotantes equipadas con potentes equipo de sonido y de luces, se curan en salud y señalan en su propaganda que se acercarán «a las playas de fina arena y aguas turquesas de Formentera», pero sin precisar el lugar. La realidad es que según el tipo de fiesta y de organizador estos barcos cuya capacidad varía entre los 150 y 300 pasajeros, suelen terminar fondeando en aguas del Parque Natural o de cualquier otro punto del litoral de Formentera.

En otra propaganda distribuida por la playa de ses Salines en Ibiza se puede leer: «Así rumbo a la playa de ses Illetes en Formentera, un paraíso de ensueño de aguas turquesas y arena fina donde desembarcaremos para disfrutar de lo que llaman el Caribe del Mediterráneo».

Los precios de estas party boats varían según los servicios pero oscilan entre los 70 y los 150 euros, todo incluido. En ocasiones la compra del tique da derecho a la entrada para alguna de las discotecas ibicencas. El tiempo de la travesía puede variar entre las tres y las seis horas y se puede realizar en distintos horarios generalmente con salida a media mañana aunque también para la puesta de sol.

De esta forma, las zonas de mayor valor ambiental de las Pitiusas y que cuentan con figuras de protección como Reserva o Parque Natural, serán un año más las pistas de baile de numerosos visitantes y una forma de hacer negocio a costa de los recursos naturales de más de una decena de empresas que se dedican a este tipo de oferta de ocio, que siguen el lema de la fiesta 24 horas y la cultura clubber de las discotecas, uno de los atractivos de Ibiza como destino de turismo joven que busca diversión.

Incluso las más importantes discotecas ya tienen programadas sus party boats, con distintos tipos de música y de recorridos por las mencionadas zonas protegidas de Ibiza y Formentera.

Contaminación acústica

Este tipo de fiestas que eligen Formentera como destino de la mayoría de estos party boats, describen la isla como un lugar paradisiaco acompañado de todo tipo de calificativos que por lo repetitivo ya son tópicos. Pero el principal problema que generan es el de la contaminación acústica por un lado y por otro la mala imagen que representa romper con el modelo de destino tranquilo que durante el año el Consell y los empresarios locales se encargan de promocionar.

Sin embargo esa tranquilidad queda rota cuando alguna de esas estruendosas discotecas flotantes se acerca a la costa de Formentera. Los bañistas apaciblemente tumbados sobre la playa se ven de repente sobrecogidos por la música de discoteca, cargada de bajos, que termina por hacerles vibrar la caja torácica. Tanto es así que la mayoría de las quejas de los turistas están relacionadas con esa repentina y sonora irrupción que rompe su tranquilidad.

El Consell Insular de Formentera ha solicitado al Govern balear que prohíba está actividad de las discotecas flotantes en todo el litoral de la isla al considerarla contraproducente para los intereses turísticos insulares este tipo de actividad y por estar todo él protegido como LIC. El PP de la isla también respalda esta petición. El Ejecutivo, partidario de regular la actividad de los barcos discoteca a partir de la autorregulación de las propias empresas, todavía no ha contestado. Uno de los puntos del decálogo de buenas prácticas para las empresas es que bajen la música cuando los barcos se acerquen a la costa.