La misión arqueológica ´ArqueoBarbaria´, que cuenta con el patrocinio científico de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), la Universitat de Cantabria (UC) y el Institut de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes) además de la financiación del área de Patrimonio del Consell de Formentera, descubrió el pasado martes en una cueva de la Mola huesos humanos que han podido asociar, en un primer momento, a la Edad de Bronce, al hallar también en el enterramiento restos de un bol de cerámica de la época. Gracias a la colaboración del grupo de espeleología local Colgado de Formentera, que les ayudó a localizar la cueva y llegar hasta ella, pudieron recoger diversas partes de huesos, tras realizar una cata de emergencia al detectar a primera vista restos en superficie. Entre estas piezas destaca un trozo de mandíbula inferior, un diente, una parte de clavícula, una vértebra, un hueso de una mano, otro de un talón y diversos fragmentos óseos todavía por identificar.

La importancia de este hallazgo resulta crucial para completar el proyecto de investigación que desarrolla el equipo de ´ArqueoBarbaria´, que comenzó hace tres años y que concluirá en 2016. Será entonces cuando harán públicas las conclusiones definitivas de toda la investigación.

El objetivo de la misión no solo es el de descubrir los hábitos cotidianos de los primeros pobladores de la isla, su alimentación, sus medios de subsistencia, su forma de comunicarse y de comerciar con el exterior sino también conocer los ritos funerarios asociados a estas comunidades prehistóricas, de la Edad de Bronce, fechadas entre el 1.800 y 1.500 antes de Cristo.

El grupo de expertos de unos 15 voluntarios, todos especialistas en distintas ramas de la arqueología, no escondía su satisfacción por los buenos resultados obtenidos en esta tercera campaña que concluyó ayer con una charla en la sala de actos del área de Cultura, donde hicieron públicos los nuevos hallazgos.

Ahora les queda por delante un año de trabajo para clasificar y documentar todos los restos encontrados tanto en el poblado prehistórico es Cap de Barbaria II como en la cueva, cuya situación no quieren desvelar, para evitar el expolio, aunque señalaron que es de muy difícil acceso. De la misma forma esperan que la campaña del año que viene se centre en la investigación más profunda de la cueva en la que han encontrado ese tesoro histórico y patrimonial.

El investigador principal del proyecto, Pau Sureda, de la UPF, y Edgard Camarós, del Iphes, junto con Marián Cueto y Luis Teira, de la UC, son los responsables del proyecto y coordinan a una quincena de especialistas en distintas ramas de la arqueología que han participado en la campaña que concluyó ayer. Los dos primeros investigadores fueron los encargados de resumir el trabajo realizado ante una sala llena de público que tuvo su primer acercamiento visual con los restos de uno de los primeros pobladores de Formentera.

Sureda explicó que el asentamiento de es Cap de Barbaria (excavado por primera vez en los años ochenta), es el más grande de ese entorno en el que se sitúan otros 21 yacimientos de la misma época. La investigación les ha permitido extraer una idea muy clara de cómo era el día a día de estos moradores en los primeros poblados. «Además gracias a los restos de cerámica podemos saber dónde iban a buscar las arcillas de la misma forma que gracias al cobre y otros minerales que fundían aquí podremos saber con quién comerciaban», subrayó el arqueólogo.

También han podido determinar que estas primeras comunidades cultivaban un sentido de la estética, ya que se han encontrado cuentas de collares, botones tallados y también el acabado decorativo de determinadas piezas cerámicas.

Por su parte, Edgard Camarós destacó que el hallazgo de la cueva les permite abrir una nueva vía de investigación: «Hemos encontrado una posible cueva funerario, ahora tenemos que acotar la fecha para ver si tiene relación o no con el poblado de es Cap». Insistió que la prospección les permite ahora investigar los ritos funerarios y las creencias de esos pobladores.