­La población empadronada de Formentera se ha duplicado en los últimos 15 años. En 1998 había registrados 5.859 habitantes mientras que el último dato del Instituto Nacional de Estadística de 1 de enero de este año lo sitúa en 11.977 personas. Este aumento demográfico marca el estudio territorial y de población que centró la actividad del máster oficial de estudios territoriales y de la población, cuyas conclusiones presentó el pasado año el departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). La importancia de esa tendencia, que se mantiene en la actualidad, va unida al aumento de la natalidad, que se ha disparado desde 2007, cuando entró en funcionamiento el Hospital de Formentera, alcanzando en los tres últimos años una media de un centenar de nuevos nacimientos por año. Otro fenómeno que recoge es el saldo migratorio, que entre 1998 y 2011 acumula 3.343 personas no españolas que se han establecido en la isla, por una población nacional que en ese periodo fue de 7.022 personas.

Las conclusiones del estudio, coordinado por el profesor Oriol Nel·lo, resultan determinantes a la hora de aplicar criterios de sostenibilidad en la gestión territorial para poder prever el consumo de los recursos en los próximos años. También insiste en la necesidad de aplicar el criterio de la equidad a la hora de acceder a la vivienda, uno de los principales problemas a los que se enfrenta el sector más jóven de la población así como de los trabajadores de temporada.

El documento final es un trabajo académico que se planteó como un ejercicio para los 34 alumnos de seis países diferentes que participaron en el curso. Tras el análisis general de los parámetros de población y la descripción del marco geográfico, se analiza la estructura administrativa y la organización territorial recogiendo las distintas normativas vigentes.

Debilidades y fortalezas

En cuanto a las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades (DAFO), el trabajo universitario hace referencia, en el primer apartado, a «la elevada dependencia por la doble insularidad en relación a recursos, servicios y movilidad» y apunta a «la fragilidad ecológica de los espacios abiertos y a la economía poco diversificada y altamente estacional».

En el capítulo de las amenazas destaca: «El aumento de la presión causada por el turismo especializado en sol y playa de carácter estacional». Sin olvidar los efectos del cambio climático que podría «afectar la disponibilidad de los recursos». El estudio deja patente que la principal «amenaza» radica en la presión que genera el turismo de sol y playa, que se agrava por su carácter estacional.

En el otro lado de la balanza, las fortalezas, los alumnos destacan: «La elevada biodiversidad, la presencia de singularidades ecológicas, y la riqueza paisajística». También consideran positivo la estructura de la oferta, «basada en pequeñas empresas», así como el grado de «conservación de los atractivos territoriales y paisajísticos, a través de las figuras de protección». Finalmente, entre las oportunidades se enumeran: «El aumento de la sensibilidad a favor de la sostenibilidad, a nivel local e internacional».

Las propuestas

El documento final concluye con ocho propuestas para la gestión del territorio insular a las que van asociados 36 proyectos concretos, algunos de ellos aplicables y otros no. Se trata, finalmente, de la exposición de una serie de alternativas teóricas que podrían mejorar los aspectos claves de la gestión territorial.

El primer bloque corresponde a la accesibilidad exterior, así como a los puertos y fondos marinos. Aquí el objetivo planteado es reducir los costes de la doble insularidad para la población residente, mejorando la accesibilidad con criterios de sostenibilidad y eficiencia. Se presentan en este apartado proyectos variopintos, como la mejora de las estaciones marítimas, con espacios wifi y bibliotecas. Otra propuesta, en cambio, opta por plantear una reducción de las tarifas en la línea entre la Pitiusas, buscando fórmulas de billetes combinados con transporte terrestre.

En materia de recursos, agua y energía destaca la falta de recursos hídricos, que ahora se compensará con la reforma integral de la planta depuradora. En cualquier caso la recomendación en esta materia es la de potenciar el uso de energías renovables.

Teniendo en cuenta la importancia del paisaje como una de las fortalezas, una de las iniciativas plantea la creación de un fondo nutrido de parte de los beneficios turísticos para dedicarlo a la preservación y conservación del entorno singular de la isla.