­El pleno de Formentera aprobó una subida del precio del metro cúbico de agua en un 7 por ciento que los vecinos verán reflejada en sus recibos en los próximos meses. El aumento «lo impone el Govern», precisó el conseller de Hacienda, Bartomeu Escandell, para pagar las obras de mejora de la planta desaladora de es Ca Marí. De hecho desde hace una semana el agua que produce la planta es apta para el consumo humano y la estación está ya produciendo 4.000 metros cúbicos al día. Ahora solo falta esperar una semana para que la dirección general de Salut Pública levante la recomendación vigente desde septiembre de 2012 de que no se utilizara el agua para el consumo humano debido a las concentraciones de cloruros, sodio y boro. El agua que produce ahora la planta se está mezclando con la almacenada en los depósitos regulares, por lo que hasta que no pasen unos días no se volverá a garantizar su calidad.

De hecho, el Consell de Formentera lleva desde entonces acogiéndose a una cláusula del contrato con Abaqua que le permite no pagar el agua si no es apta para el consumo humano. En cambio, el líquido elemento se ha seguido consumiendo y cobrando a los usuarios. Ese dinero ha servido, a su vez, para arreglar determinados tramos de la red, así como para impermeabilizar el depósito de es Pujols y mejorar el emisario de salmuera de Migjorn. Está previsto que las obras de mejora finalicen en septiembre.

El Govern balear, a través de la Agencia balear del Agua, es el que vende el agua a pie de planta al Consell de Formentera, que mediante una concesión con la empresa Aqualia gestiona su distribución a la red general. Es decir, que esas obras urgentes destinadas a garantizar la calidad del agua y aumentar la capacidad de producción son pagadas directamente por los consumidores. El elevado coste de producción de la planta de es Ca Marí hace que el precio del agua desalada que pagan los formenterenses sea uno de las más caros del país y el más elevado de Balears, lo que sitúa el metro cúbico de agua a pie de planta en torno a los dos euros.

En este punto el PP se abstuvo y el GIF votó en contra. Su portavoz, Javier Serra, señaló que el Consell «se debe plantar» ante tanta subida del precio del agua y equipararlo a lo que se paga en el resto de Balears. No obstante Serra reconoció que «en Formentera siempre será un poco más caro que en el resto de islas», pero no admitió que esa diferencia fuera más elevada. A pesar de esa evidencia, en la nota posterior al pleno, los independientes afirman que «no hay motivo para incrementar el precio final del agua». Sin embargo en su intervención en el pleno Serra manifestó: «Debemos poner las cosas en su sitio y si hace falta tenemos que ir todos juntos en este tema».

El conseller de Hacienda, Bartomeu Escandell, admitió que esta diferencia de tarifas suponía «una discriminación» para los ciudadanos de Formentera e indicó que, con ese acuerdo, el Consell se ha limitado ha trasladar «la subida del Govern a las tarifas que pagan los usuarios».

Añadió que el precio «es carísimo», teniendo en cuenta que en el municipio de Llubí, por ejemplo, «pagan 0,02 euros» el metro cúbico. Escandell avanzó que con la actualización aprobada por el pleno y que ya anunció con antelación, la subida deberá pasar por la comisión de precios de Balears y calculó que se aplicaría a partir del 1 de enero de 2014.

Por su parte, el PP justificó su abstención afirmando que el precio del agua desalada es el efecto de la insularidad, añadió que había que «luchar» para evitar esa situación y apuntó que el debate se debía llevar «a Madrid y a Bruselas».