Nadar y bucear sin cloro en un agua suave y pura que protege la piel y no la reseca ya es posible.

El sistema de desinfección ecológico Oxymatic cuida a la vez el medio ambiente y la salud de las personas, vigilando el estado de la piscina y logrando una agua tan pura que, según palabras textuales de sus creadores, «se podría beber».

Este aparato se sirve de la propia molécula del agua para producir un oxidante natural que elimina bacterias, virus, algas y demás contaminantes presentes en la piscina. Esta hidrólisis del agua se complementa con la electrólisis residual del cobre, dos tecnologías que, en combinación, permiten una eficacia de desinfección hasta cuatro veces superior a la del cloro líquido de una manera totalmente ecológica, sin emplear oxidantes químicos. Además esta tecnología tiene un rendimiento muy eficaz y económico ya que sólo consume alrededor de 5 vatios por hora.

La utilización de Oxymatic evita también los efectos secundarios del cloro como son las alergias, enrojecimiento e irritación de los ojos, vómitos y problemas de salud como el asma. Otra de las grandes ventajas de este sistema es que permite el control de la temperatura del agua, las luces, los limpiafondos, las cubiertas móviles y cualquier otra función de la piscina. Además es perfectamente compatible con las instalaciones existentes y logra que el gasto en cloro, sal u otros productos químicos sea rebajado drásticamente en piscinas públicas y eliminado totalmente en piscinas privadas.

Oxymatic es una patente española que ya funciona en balnearios, spas, piscinas públicas, privadas y de hoteles. Ha sido reconocido por la Junta de Andalucía y la Comunidad de Madrid como sistema de desinfección ecológico y ha ganado varios premios internacionales. Este aparato también se utiliza para el tratamiento de agua potable, de aguas residuales o de riego y torres de refrigeración.

La tecnología Oxymatic ha sido desarrollada por Hydrover, una empresa con sede en Madrid especializada en el tratamiento ecológico del agua. Sus productos también se distribuyen en países como Francia, Benelux, Ucrania, Rusia e Italia.