Aprender a mirar. Ser conscientes de que la realidad no acaba donde empieza el marco que la encuadra. Ver más allá. Es lo que pretende la ibicenca Irene de Andrés con su obra. En estos momentos expone un trabajo de 2010, ´Límite visual´, en la exposición ´Simultánea´ del Ibiza Gran Hotel, pero su cabeza anda ya en otros menesteres. En estos momentos prepara dos exposiciones de su nuevo proyecto, en el que reflexiona sobre las ruinas de antiguas discotecas de la isla, algunas que ni siquiera llegaron a abrir. A principios del año que viene expondrá en Madrid, en La casa encendida, su trabajo sobre el Festival Club y en Mallorca, en el Casal Solleric, el que tiene como base la estructura de la discoteca Idea, la misma que, hace unos meses, hubiera quedado a sus espaldas mientras responde a las preguntas.

€Presenta ´Límite visual´ en Ibiza y en verano. ¿Es un buen sitio?

€Creo que sí. Es un proyecto de 2010, pero no lo había mostrado en la isla. Es mi primera exposición más seria aquí, creo que es un buen sitio y un buen momento porque trata de la sobreabundancia de imágenes. Revistas de viajes y folletos informativos donde te venden todo incluido y cruceros dejando únicamente una ventana en el horizonte.

€Ha vivido su infancia en Sant Antoni. ¿La imagen que tienen los turistas que ven la localidad en los folletos se corresponde con la realidad?

€Afortunadamente nunca he vivido en el centro, sino en Cala de Bou. Si lo que les venden es perder la conciencia una semana creo que sí se corresponde, no es publicidad engañosa. Es para lo que vienen.

€¿Deberíamos pensar más sobre lo que vemos encuadrado?

€Sí, la base de mi trabajo es precisamente esa, la idea de detenerse ante las imágenes, ante lo que se nos da por sentado, iconos como el de paraíso como una playa con palmeras. ¿Por qué debo tener esa imagen de paraíso? Tendríamos que hacer nuestros propios encuadres, pensar en quién nos da esos encuadres, qué empresa pretende eso€ Hacer una reflexión.

€Estamos frente al solar del Idea. ¿Qué relación tiene la desaparecida discoteca con su trabajo?

€Cuando fueron a demoler la estructura, que no llegó a ser nada, me interesó decir que llevaba 25 años siendo una estructura, que se iba a demoler, pero que ha formado parte de este paisaje. Quería hacer una obra con la sombra del Idea. A raíz de eso empecé a investigar.

€Eso fragua en su proyecto actual.

€Sí, se presentará en enero, si todo va bien, en el Casal Solleric, en Palma. Es un trabajo que me hace muchísima ilusión.

€¿Qué puede adelantar?

€Es un análisis sobre discotecas abandonadas de Ibiza. Proyectos muy ambiciosos, grandes estructuras que funcionaron un corto periodo de tiempo o permanecen en ruinas, como el Festival Club. Ese tipo de estructuras me interesaban porque me parecen un icono de algo que ha pasado en este país, de lo que se ha invertido, de los pufos inmobiliarios y de la dejadez que puede haber en los paraísos, como se supone que es este.

€¿Esas estructuras abandonadas llevan tanto tiempo en el paisaje que ya no las vemos?

€Eso es precisamente lo que me interesa. Parte de una necesidad, de las ganas que tenía de trabajar con un proyecto más específico de Ibiza. Es un cambio en el desarrollo de mi trabajo. Necesitaba trabajar más sobre el terreno, cosas físicas, palpables. Y sí que la gente repare en eso. Hemos dado por sentado esto y esto es lo que obtenemos, que deja bastante que desear.

€Para ello cuenta con la beca Generaciones. ¿Tener 12.000 euros para un proyecto es un lujazo?

€Sí, es un lujo. Está bien porque muchas veces acabas poniendo dinero para tus producciones. Para el proyecto que se presentará en La casa encendida pensaba que, si no me daban esto, no lo podía realizar porque requiere cámaras, alquiler de material€ Es un premio que dependía de Caja Madrid y no sabemos el año que viene qué pasará. Tienes la sensación de que solo puedes ir cerrando cosas.

€Al menos habrá respirado tranquila este año.

€Sí, este año, sí. Entre la beca y otros premios me ha ido bien.

€¿El arte da para vivir?

€Es complicado. Estoy empezando y estoy en una racha muy buena, pero es difícil. Puedes ganar premios y luego no seguir escalando. Si es algo que quieres tienes que tirarte a la piscina y sacrificar esa seguridad que, por otro lado, ahora mismo tampoco creo que la dé ningún otro trabajo.

€¿En casa no le han dicho que en lugar de estos proyectos hiciera cuadros o esculturas, algo que pudiera vender?

€Mis padres alguna vez sí que me recuerdan que les gustaba mucho cómo pintaba durante la carrera, pero siempre me han apoyado. Cuando tomé la decisión de hacer otras cosas, lo que de verdad me interesaba y ver cómo formalizar mis investigaciones me apoyaron muchísimo. Siguen teniendo algún cuadrito en casa.

€¿Le da vergüenza verlos?

€No me gusta mucho [ríe], pero me recuerdan una época divertida.

€Ha vivido en la Casa Velázquez, ¿se aprende mucho de una convivencia con artistas?

€Fue una experiencia bonita, pero era raro estar viviendo en una residencia en Madrid, ciudad en la que llevaba mucho tiempo. Me pilló en un momento de mucho trabajo. Conocí a artistas majísimos que ahora son amigos. Sí me parece que, como institución, para el dinero que tienen, está desconectada de la ciudad. De lo que está pasando. A mí no me afecta porque ya me muevo en el circuito artístico madrileño, pero para los que vienen de fuera estaría bien [que hubiera una mayor vinculación]. De todas maneras, pienso que es un esfuerzo que tienes que hacer como artista. Si vienes de París a Madrid tienes que salir, no te van a venir a ver los comisarios. Pero falta una buena exposición o algo así. Independientemente de eso es un sitio maravilloso. De repente estás en un jardín versallesco. Es un contraste.

€¿Cuánto de investigación y cuánto de trabajo plástico hay en su obra?

€Va muy a la par, y más en el proyecto que estoy desarrollando ahora, ´Donde nada ocurre´, el de las discotecas. Trabajo con investigación de prensa, documentación, fotos€

€´Donde nada ocurre´. ¿Hay un punto de nostalgia en el título?

€Sí que tiene un punto nostálgico, pero no quiero que se quede en eso porque hay una parte muy fuerte de crítica. Está relacionado, como el resto de mi trabajo, con conceptos del romanticismo, como la ruina, pero aquí ya hemos pasado a la ruina postindustrial. Hay una frase que me acompaña en este trabajo, de Robert Smithson, que en uno de sus escritos decía que ya no es la ruina romántica de la que hablamos, sino que los edificios caen en ruinas antes de ser construidos.

€Su lanzamiento fue el premio de El cultural hace un año. ¿Puede ver ya cambios en su obra?

€Sí, sobre todo, a raíz de exponer, he aprendido a instalar, a plantearme ciertas cosas de otra manera.

€Un año atrás, ¿había más ingenuidad en usted?

€Quizás con ese primer premio me puse nerviosa, te asaltan cuestiones en plan ´no sé si me lo merezco´, pero no creo que fuese más ingenua. [Ríe] Siempre me he tomado mi trabajo muy en serio.

€¿Ahí está la clave? ¿En confiar más en el trabajo que en la inspiración?

€Por supuesto, casi todos los artistas que conozco y les va bien le dedican a esto muchas horas. Cada uno debe encontrar su manera de trabajar y formalizar sus proyectos.

€¿Cómo surgen las ideas?

€No hay una forma concreta. En este caso, en el proyecto de las discotecas, hay un punto de casualidad pero también de cosas que llevas arrastrando dentro de ti. En este caso el germen fue una noticia publicada en Diario de Ibiza en la que se anunciaba el derribo de la estructura del Idea. Empecé a investigar. He hablado de la ruina, de lugares en los que no pasa nada, de esa clase de cosas. Pero depende. ´Límite visual´ surgió garabateando una revista en un viaje.

€Su trabajo se basa siempre en ver cosas donde otros no las ven, en mirar de otra manera. ¿De dónde le viene esa obsesión?

€Es inevitable, es algo que hacemos casi todos los artistas. Para mí es muy importante el concepto de encuadre, encuadrar las cosas que damos por sentadas, ahondar en ellas. Me ayudó mucho estudiar materias como Sociología. El profesor insistía mucho en los contextos y en poner todo en cuestión. Ahí está el germen de mi trabajo: querer saber más, no convencerse. Yo no me convenzo de nada.

€¿Hasta dónde marca usted el mensaje y a partir de dónde puede el espectador pensar por su cuenta?

€Atarlo todo es imposible y no tiene mucho sentido, pero creo que marco bastante el mensaje. No intento ser excesivamente críptica, pero tampoco me gusta dar las cosas demasiado hechas. Es bonito cuando alguien viene a tu exposición como espectador y te comenta algo que no habías visto, te recuerda que todos somos individuos con diferentes experiencias. Lo ideal es que lo que le llega coincida con una serie de cuestiones que has planteado, pero que también interprete según sus vivencias, sus experiencias y sus intereses.

€¿Le han dicho algo de sus trabajos que le sorprendiera?

€Sí, expuse en Espacio F ´Con vistas al mar´, que era como un balcón virtual con imágenes de revistas de playas con palmeras. Podías acercarte e, interfiriendo con el haz de luz del proyector, aparecía tu sombra en el balcón. Había dos cortinas a los lados. El vigilante de la sala que se encargaba de encender y apagar los monitores me dijo que de las exposiciones que había visto era la que más le gustaba, porque estaba allí encerrado todo el día y con ella tenía, al menos, un balcón con vistas. No era lo que yo pretendía, pero fue simpático. Veía horizontes y playas.

€¿Expondrá en Ibiza sus proyectos de las discotecas?

€Espero que en un futuro sí, pero por ahora, no. Realizar una exposición individual requiere mucho trabajo y dinero y no lo voy a hacer gratis. Con Generaciones se presentará el proyecto del Festival Club a finales de enero o principios de febrero en La casa encendida, y lo de la discoteca Idea, en el Casal Solleric la tercera semana de enero. Me pareció perfecto mostrarlo ahí porque es Balears, somos vecinos. Me gustaría exponerlo aquí en un futuro. También estoy preparando una publicación invitando a gente a escribir sobre estos lugares. Sociólogos, escritores, teóricos del arte€

€¿Cómo está el panorama artístico en Ibiza?

€Paradito, la verdad, pero es un sitio pequeño y es relativamente normal. La propuesta de Fernando Gómez de la Cuesta en el Ibiza Gran Hotel, en la que participo, me parece interesante, porque es diferente. [El panorama del arte] aquí está muy arraigado a los de siempre, falta frescura y propuestas algo más arriesgadas.

€La primera vez que fue a las ruinas del Festival Club€

€Fue alucinante. En ese momento pensé que tenía que hacer alguna cosa allí. Es bonito que la discoteca guarde, además, una relación visual, arquitectónica, con la ruina clásica. Tiene forma de teatro griego, semicircular, está en la ladera de una montaña€ Me hizo pensar en la acústica. Con eso realizaré la obra que se podrá ver terminada en La casa encendida dentro de unos meses. También estoy empezando a trabajar con la discoteca Heaven, el Angel´s, del Passeig Joan Carles I.

€Hablaba al principio de paraísos. ¿Cuál es su idea de paraíso?

€No sé si tengo. Hace un año pensaba otra cosa. Tengo sitios en los que sé que estoy a gusto, pero mi ideal, quizás, sería poder tener un estudio en algún sitio. Eso es lo que pensaba hace un año, tener una propiedad. Sé que suena raro, pero tener cualquier cosa que me permita seguir trabajando y dedicarme a esto. Más que lugares son las personas las que conforman ese paraíso, las que hacen que me sienta a gusto en ese lugar. Si pienso en sitios a los que escapar cuando estoy agobiada, donde me apetece estar, sería aquí, en Ibiza. Una imagen o un paisaje paradisíaco es Platges de Comte cuando hay temporal. Ese sería mi paraíso fácil.