Maria Sala teclea rápidamente rent a car en el buscador GPS de su móvil. Busca una empresa de alquiler de coches que esté cerca de donde se encuentra y, de paso, que sea barata. Acaba de llegar. Ha venido con unos amigos a pasar sus días de vacaciones a Ibiza y quiere terminar su primera tarea: imprescindible tener un automóvil. Parece que la búsqueda ha dado resultado. «Uso el móvil para buscar direcciones pero también para ver las redes sociales» explica esta joven.

Los smartphones (terminales inteligentes con acceso a contenidos web y aplicaciones) se utilizan para todo y Vanesa Sorovilla, natural de Valencia, comenta que ella «no era consciente de la cantidad de utilidades que podía tener». Ha notado una gran diferencia, puesto que hace poco tiempo que tiene nuevo móvil y ahora se da cuenta del tiempo que ha perdido. «Ves que toda la gente está en una onda en la no se encuentran los que no tienen este tipo de teléfonos. Los que tienen dispositivos con acceso a internet se comunican de una forma muy particular. Si no tienes conexión es como si no tuvieras móvil».

En otro extremo se posiciona Francisco Roselló, de Palma de Mallorca, que considera que este tipo de tecnologías esclavizan un poco al usuario, que está todo el día localizable, a través de redes sociales, mensajes instantáneos y otras aplicaciones propias de este tipo de tecnologías. Este mallorquín, de 34 años, viene de vacaciones unos días y asegura que en ocasiones debe desconectar el teléfono para descansar un poco. El último uso que le ha dado a su móvil ha sido para buscar la ubicación de Dalt Vila, «aunque luego no le haga mucho caso a la voz del GPS porque, sinceramente, es muy pesada», bromea. No utiliza mucho su teléfono, solo para lo imprescindible y asegura que sigue realizando llamadas de voz. «Solo hablo con algunos amigos por mensajes y busco direcciones, como en este caso», comenta.

En este aspecto, las nuevas generaciones comen terreno a los más mayores. Jessica Fernández pasea por la calle prestando atención a un nuevo mensaje en su BlackBerry Torch. Es de origen alemán pero vive en Ibiza desde que tenía nueve años. Desde entonces tiene internet en casa, pero explica que ya no lo usa tanto como antes: «Entro en las redes sociales desde el teléfono y no es necesario mirar mi ordenador». Al igual que ella, Nieves Francolí y Guillermo Mendoza, que admiten que visitan Facebook más a menudo desde que tienen internet en el móvil.

Es destacable que el uso masivo de estos avances están revolucionando la forma de comunicarse, y el tipo de turismo. «El otro día busqué la dirección de la casa de un amigo con una aplicación que tiene el programa WhatsApp que te muestra la ubicación de las personas», explica Jessica.

Móviles que han alcanzado la fama debido a la polémica publicitaria creada alrededor de los modelos de teléfonos más emblemáticos, los iPhone, las BlackBerry y los Android. La moda ha hecho de ellos un auténtico emblema personal. «El iPhone es muy útil para buscar muchas cosas relacionadas con el ocio: restaurantes, tiendas para ir de compras y direcciones. Yo lo uso tanto en mi trabajo como en mi vida personal», explica Ángela González, de Madrid. Pocas horas antes esta madrileña ha buscado tiendas a través de su móvil y ha realizado algunas compras acompañada de su amiga Marta García.

Juan Antonio Gento, sin embargo representa el otro extremo. Es de Santander y estará en Ibiza hasta el día 25 de este mes. Él todavía no ha sucumbido al poder de seducción de la comunicación a través de la web: «Yo no creo que los que no tenemos este tipo de móviles nos estemos quedando atrás porque el terminal sigue cumpliendo su función, la de comunicarse. Sigo usándolo para llamar y enviar mensajes». Pasea por una de las calles más céntricas de la ciudad con su amiga Beatriz, que le reprocha su postura: «Él es un romántico», apostilla. La chica defiende que la principal ventaja de estos móviles es la gratuidad «sigues enviando mensajes y no pagas nada por ellos». En este sentido, Raquel Serrano, que trabaja en una tienda de camisetas frente al puerto, asegura que cada uno es libre de escoger: «No se puede juzgar a una persona por si usa o no estos móviles. Las nuevas tecnologías avanzan, pero no son más que una opción que se puede elegir o no».

El manejo de este tipo de dispositivos, que ofrecen datos en tiempo real, en muchos casos hace más fácil la vida del usuario y, en otros, favorece a un turismo que cada vez es más exigente.