Eugenia Silva (Madrid, 1976) es una de las grandes modelos españolas que ha triunfado en las pasarelas internacionales desfilando para diseñadores del prestigio de Giorgio Armani, Prada, Versace, Elie Saab, Jean Paul Gaultier, Alexander McQueen, John Galliano. Ha sido imagen de Carolina Herrera y Oscar de la Renta, ha sustituido a Eva Mendes y Eva Longoria en los anuncios de los helados Magnum en España y es imagen de la firma de cosmética Garnier. Ha aparecido en más de 100 ocasiones en las portadas de revistas como Elle, Vogue, Harper´s Bazaar y Marie Claire.

Descendiente de familia de juristas y licenciada en Derecho, su carrera perdura en el tiempo gracias a su profesionalidad, una arrolladora personalidad, un carácter apasionado y una sonrisa que cautiva desde el primer instante. Impacta la sencillez de una supermodelo que se define como maniquí y que no busca marcar tendencias pese a que su elegancia innata lo hace imposible. En esta entrevista realizada en su restaurante formenterés, Can Toni, habla de su refugio imprescindible en la isla, su ruta Nueva York-Formentera y su relación con Giorgio Armani, los fotógrafos y los grandes creadores de moda.

—Su relación con Formentera viene de lejos. Al final se ha decidido a comprar una casa.

—Conocí la isla hace diez años, me trajo un amigo fuera de la temporada turística y conocí a Manolo e Isa, mis amigos. Aquí me encuentro fenomenal, me cambia el humor cuando llego. He estado buscando una casa desde la primera vez que vine y como no encontré lo que quería, me lo construí. Hace cuatro años empecé las obras y ya tengo casa.

—¿Vale la pena viajar de Nueva York, Londres o París para pasar unos días en esa casa?

—Mi recorrido Nueva York-Formentera es agotador, pero me merece mucho la pena, cuando llego al ferry ya tengo otra cara.

—¿Qué significa Can Toni para usted?

—Prácticamente era mi segunda casa y Manolo Oya y Roger Seuba, mis socios, y yo vimos que teníamos la posibilidad de quedárnoslo y me encantó la idea.

—¿Cómo se le ocurrió montar un restaurante en Formentera?

—No me lo pensé, teníamos ya la idea de hacer algo en la isla y me gustó la historia de Can Toni, sobre todo porque es un bar pagès muy conocido que lleva muchos años abierto. Nos decidimos y está funcionando fenomenal. Ha sido todo muy fácil.

—¿Lo van a mantener con su formato original de bar de comidas o como un nuevo punto de encuentro en la isla?

—Era y es un punto de encuentro que esperamos se mantenga así, sobre todo por recuperar un poco lo que era el Can Toni antiguo, con las telas payesas, los buenos productos locales y el fantástico vino Terramoll de la isla. La idea es que vuelva a sus orígenes.

—Suena extraño que una modelo abra un bar de pueblo.

—La gente pensaba que cuando montase algo en Formentera iba a ser muy fashion o de rollo chill-out, pero no, es justo lo contrario: un bar de pueblo. Un sitio para jugar al dominó o a las cartas. Un sitio de toda la vida, con comida rica y ya está.

—Ha comenzado una nueva faceta como productora con una película sobre la vida de la cantante mexicana Gloria Trevi.

—Es una de esas decisiones que adopto sin pensar mucho porque me salen de dentro. Frida Torresblanco, mi socia, es una magnífica productora, me ofreció la idea y me pareció alucinante. Ya había trabajado con Alfonso Cuarón y González Iñárritu. Cuando me lo propuso me dije «¿Por qué no?». Estamos en Nueva York, queremos hacer películas que nos gusten a las dos y colaborar mucho con los directores y artistas que contratemos, así que pensé «adelante» y me involucré.

—¿Hay más proyectos sobre la mesa?

—´Gloria Trevi´ es una de las películas que tenemos en marcha, pero hay cinco proyectos más sobre la mesa. Como suele ocurrir, algunos salen y otros no, pero Gloria Trevi es un personaje con una vida supermovida que conmocionará. Hay un proyecto para hacer una película de miedo y estamos buscando directores españoles. Yo soy la encargada de hablar con los artistas, los directores, los guionistas, los escritores… Por mi facilidad para viajar me puedo dedicar más a esto, Frida tiene un niño y no puede hacer este tipo de trabajo. Nuestra organización es: yo viajo y ella, que no quiere viajar, tiene base en Nueva York.

—En esta producción también participa Barrie M. Osborne, productor de películas como ´El señor de los anillos´, ´Matrix´, o ´Apocalipsis Now´.

—Barrie es muy amigo de Frida. Creo que ver a dos chicas juntas trabajando en un proyecto como este tal y como está la industria del cine le inspira ternura. Barrie se siente uno de los nuestros y quiere trabajar con nosotras.

—¿Cómo ha surgido la idea de situarse detrás de la cámara?

—He tenido proyectos para estar delante de la cámara, pero hasta ahora no me han interesado. Si algún día me llega algo interesante lo haré. No es que me vea como actriz, pero soy muy inquieta y me gusta investigar todo, así que no me importaría nada hacer una película, aunque no puedo hacer tantas cosas a la vez. Luego me quejo de que no tengo vacaciones… [ríe].

—¿La producción y el cine van a cambiar el ritmo de su carrera como modelo?

—No, he firmado con la marca Garnier una campaña internacional que hemos rodado en Praga y en París. He participado en el programa de televisión ´El hormiguero´ y en una entrega de premios. Desde Avory, mi oficina, me envían los correos pidiéndome perdón porque hay muchísimas cosas por hacer. Estoy contenta de tener muchos proyectos, es bueno que haya tanto trabajo. Ha sido un año muy intenso, he trabajado mucho y necesitaba unas vacaciones en Formentera. No me quejo porque el trabajo de modelo está muy mal. Las modelos hoy en día no duran nada.

—Usted ha hecho más de 200 portadas de revistas. ¿Se queda con alguna?

—Hay algunos reportajes más especiales que otros por la relación y el cariño con el fotógrafo, pero la que marcó mi carrera fue la primera portada de Vogue Italia y la segunda, al mes siguiente. Esas dos portadas fueron muy importantes. Después de ellas pasé de ser una modelo que hacía mis catálogos y cositas así a tener la oportunidad de trabajar con otro tipo de gente.

—Aunque no se sienta una supermodelo ha creado un estilo propio, espontáneo y natural, reconocido internacionalmente.

—Bueno, estás en el punto de mira y la gente te ve. Creo que mi relación con Armani también ha tenido mucho que ver. Estar unida muchos años a un personaje como él influye en la manera de vestir, de trabajar y en otro tipo de cosas. Pero no voy de nada, si a la gente le gusta como visto, pues genial, pero no me visto para gustar ni para marcar tendencia.

—Ha tenido la oportunidad de trabajar con los fotógrafos más grandes, aunque le falta Peter Lindbergh. ¿Con quién ha trabajado mejor?

—Sí es verdad, me falta trabajar con Peter. Es muy de Eivissa y Formentera y, además, tiene casa aquí. Además de trabajar tengo buena relación con muchos de los fotógrafos, ya que nos vemos habitualmente y se crea una amistad y un vínculo de cariño muy grande. Me llevo estupendamente con Steven Meisel. Él quería conocer a Pedro Almodóvar, se lo presenté y los dos se dedicaron a decirse maravillas uno al otro. Fue un encuentro bonito porque son dos genios. Gilles Bensimon es otro personaje que me ha ayudado mucho en mi carrera y al que considero un amigo. No he trabajado con Peter Lindbergh. Nos han ofrecido trabajos juntos, pero al final no ha salido.

—¿Qué personaje le ha impactado más en el mundo de la moda?

—Armani no impacta solo por su personalidad, pero aprendo mucho de su manera de trabajar. Siempre dice: «Piano, piano» (poco a poco). Y realmente despacio consigues más cosas que rápido.

—¿Con qué diseñador se ha sentido más a gusto trabajando?

—He trabajado mucho con Alexander McQueen, a quien se echa en falta en el mundo de la moda por su creatividad. Tuvo un momento desafortunado, pero ha sido un genio.

—Ha dicho en alguna ocasión que las modelos de hoy no comen, no beben y no hablan, ¿a qué se refiere?

—Hay pocas modelos ahora que tengan una carrera larga, duran muy poco. Se hacen famosas muy rápido y luego desaparecen, no tienen tiempo de disfrutar de las cosas buenas que significa ser más o menos conocida. En la moda ahora todo es más efímero, como la moda en sí. Todo se pone y se quita de moda en un momento.

—¿Usted cómo es en realidad?

—No soy así, tengo personalidad y me gusta que las cosas buenas duren. No es una crítica. Es como la ropa de H&M o Zara, solo te dura un par de lavados. Pero pasa en todos los sectores, en restaurantes, locales, etcétera. Supongo que a los diseñadores les va mejor que las modelos estén calladitas.

—¿Ha pasado la moda de la extrema delgadez?

—Hay de todo y creo que las modelos que más duran son las que tienen cabeza y personalidad, ya sean más flacas, más gordas o más o menos andróginas. La delgadez depende de la marca, del contrato y de lo que busque el cliente.

—¿Qué le parece la aparición en las pasarelas de transexuales y hombres que desfilan como si fueran mujeres?

—La verdad es que cuando vi por primera vez al modelo vestido de novia para Jean Paul Gaultier pensé que era una mujer. Eso es personalidad, no es buscar el más difícil todavía. Ese chico tiene una gran personalidad, es guapísimo, flaco y cabe en los vestidos de mujer. Es como la modelo transexual Lea T., musa de la casa Givenchy, tiene un look propio, una personalidad y gusta mucho.

—Usted ha participado en la campaña ´¿Cuál es tu palabra favorita del español?´,¿cómo fue?

—Me hizo muchísima ilusión ya que soy la única modelo en la que han pensado para esta campaña. Estoy rodeada de gente con la que nunca habría tenido la ocasión de trabajar. Hay grandes personalidades de todos los ámbitos: científicos, escritores, artistas, deportistas…

—¿Admira a alguno de los personajes que han participado en esta campaña?

—Admiro mucho y soy amiga del cardiólogo español Valentín Fuster, presidente de la Asociación Mundial de Cardiología. Para mí es una alegría estar entre personalidades como Vargas Llosa e Isabel Allende.

—¿Cuál es la palabra que usted eligió para esta campaña?—Madre.