­La cantante Christina Rosenvinge aprovecha los días previos al concierto que ofrecerá en las fiestas del Carmen en Formentera para relajarse junto a los suyos en la isla. Con pamela y unas grandes gafas oscuras para protegerse del sol del mediodía, Rosenvinge visitó el Centre Antoni Tur ´Gabrielet´, que muestra una exposición conjunta en la que participan varios artesanos afincados en la isla.

Rosenvinge ofrecerá su primera actuación en Formentera mañana a las 22 horas en la Savina, el puerto que tantas veces vio atracar el barco que da nombre a su último disco, ´La Joven Dolores´.

La madrileña explica que al llegar por primera vez a la isla en 1992, ´La Joven Dolores´ ya no navegaba en la línea regular que une las Pitiusas, pero muchas de las personas que conoció le hablaron del barco, identificándolo con una Formentera alejada del turismo masivo y ligada a una forma de vida simple relacionada con la naturaleza.

Es la misma isla que a Rosenvinge le gusta disfrutar y de la que nacen muchas de las canciones de su último disco. Es el caso de ´Canción del eco´, escrita en el transcurso de una tarde a la sombra de una higuera.

Christina Rosenvinge afirmó sentirse «muy afortunada» por haber sido elegida para actuar en la isla que alimenta sus creaciones y en la que disfruta de pequeños placeres como montar en bicicleta.