­Rafa Nadal, que hasta el pasado lunes era el número uno del mundo del tenis profesional (ahora es el segundo de la ATP), es, además de uno de los mejores deportistas que ha dado este país, una persona cercana y abierta. «Una persona normal», como él mismo se define. El pasado domingo perdió la final del Torneo de tenis de Wimbledon. Al regresar a Manacor, fiel a la cita veraniega con sus amigos, embarcó desde Mallorca rumbo a Ibiza, donde pasó la noche del lunes, para navegar después hasta Formentera donde eligió Cala Saona para fondear. Esta excursión es una especie de ritual que realiza cada año arropado por amigos como Carlos Trigo, del restaurante Caminito de es Pujols, donde cenó la noche del martes, después de la jornada en el mar.

Nadal no esconde las emociones que tanto tiene que contener en la pista de tenis: «Cada año viajo a Formentera o por las Balears. No estoy casi nunca porque viajo mucho todo el año. Cuando estoy aquí, en verano, aprovecho. No hay sitio mejor para estar que las Illes Balears. Vengo con mis amigos de toda la vida, los del colegio». El tenista manacorí asegura que lo que más le gusta de Formentera es el mar: «Acostumbro a venir en barco, buscando la tranquilidad».

El número dos del tenis mundial se caracteriza por su sencillez y entiende que tiene que devolver al público lo que este le da. Nadal apunta: «Llevo una vida muy normal, mi entorno personal no me agobia y luego tengo la suerte de ser de un pueblo, Manacor, donde nunca me he escondido de nada y donde todo el mundo me conoce, lo que me permite hacer mi vida igual que cualquier amigo mío». Sin embargo, admite que cuando viaja por el mundo le paran por la calle: «Lo llevo con naturalidad, hago una vida como la de cualquier otra persona y no dejo de hacer nada porque la gente me vaya a pedir un autógrafo o se quiera hacer una foto conmigo. Entiendo que esto forma parte de mi vida y todo lo que recibo lo tengo que devolver de alguna manera, sobre todo a la gente que me apoya y me sigue y lo mínimo que puedo hacer es devolvérselo con amabilidad».

Rafa Nadal explica que en estos momentos está descansando y recuperándose de sus molestias en la rodilla y en el pie. Al ser preguntado por su estado de ánimo tras Wimbledon reconoce que «preferiría haber ganado pero esto es un deporte, solo gana uno cada semana y los demás se van a casa sin ganar. Me he ido de Wimbledon siendo segundo, pero evidentemente ­–admite– me hubiera gustado ganar». El deportista no duda en afirmar que en estos momentos el mejor tenista es el que le ganó la final, el serbio Novak Djokovic, que desde el pasado lunes es el número uno de la ATP. «Ha sido el mejor todo el año y lo está haciendo muy bien, solo puedo felicitarle», explica.

En las próximas semanas Nadal se centrará en recuperarse de sus molestias y seguirá su entrenamiento para prepararse para los próximos torneos en América.