A la tercera llegó la vencida. Mejor dicho, llegó la gran gesta. O la histórica hazaña. Cualquier calificativo se queda corto para describir el enorme reto que ayer cumplió la nadadora menorquina Margarita Tita LlorensTita.

A punto de cumplir los 50 años (lo hará el 11 de agosto), la deportista de Ciutadella consiguió en su tercera tentativa unir a nado Jávea con Ibiza tras más de 90 kilómetros de travesía. Y lo hizo sin utilizar neopreno, convirtiéndose de esta forma no solo en la primera mujer que atraviesa el canal marítimo entre la Península y la mayor de las Pitiüses, sino en la primera persona en hacerlo con un bañador convencional.

Llorens alcanzó la costa de Cala Codolar a las 19.30 horas después de 36 horas y media de enorme esfuerzo en el Mediterráneo. Y lo hizo entre lágrimas, rodeada de seres queridos, amigos y aficionados radiantes de felicidad.

La nadadora menorquina inició a las 7 de la mañana de este jueves el reto de unir a nado Jávea y Ibiza sin neopreno. En total, se enfrentaba a 90 kilómetros, que son los que separan la localidad levantina de la costa de Poniente de la pitiusa mayor. Acabarían siendo más, alrededor de 100 km.

La travesía transcurrió sin grandes contratiempos durante los primeros kilómetros, hasta entrada la tarde, cuando olas de medio metro quebraron el ritmo de la experimentada nadadora. Llorens recibió las primeras atenciones sanitarias en su rostro por parte del médico que iba a bordo de la embarcación de apoyo. Junto a él viajaban un juez, dos patrones, tres piragüistas y cuatro nadadores de apoyo. Durante la madrugada, el momento más tenso de la navegación, el ritmo de sus brazadas descendió hasta los 2,6 kilómetros por hora.

El cansancio comenzó a hacer mella en la heroína de Ciutadella, pero su excelso bagaje en este tipo de retos la mantuvo activa y concentrada en todo momento para mantener firme su desafío.

A las ocho de la mañana, Tita Llorens ya había completado 70 kilómetros en un tiempo de 24 horas y 40 minutos.

Cuando la nadadora balear ya divisaba la costa pitiusa comenzaron los verdaderos problemas. A la fatiga y los efectos de la sal en su cuerpo y rostro se sumó un cambio en las condiciones marítimas. A unos 4 kilómetros de alcanzar Cala Tarida, su destino original, Llorens se topó con una corriente de viento y oleaje que frenó en seco su progresión.

La expedición, a la que se sumó el ibicenco Juanjo Serra -la segunda persona en completar el desafío tras David Meca-, varió el rumbo para encontrar una corriente favorable, y la obtuvo en dirección a Platges de Comte. Finalmente, tras más de 36 horas de travesía a nado Tita Llorens hizo su entrada triunfal en sa Figuera Borda, a las 19.30 de la tarde, donde la esperaban un elevado número de bañistas y aficionados absolutamente deslumbrados por la actuación de la incombustible nadadora balear.

Sin picaduras de medusas

Tras recobrar el aliento durante varios minutos, después de semejante esfuerzo, Tita Llorens explicó que los últimos kilómetros de la travesía se le hicieron muy cuesta arriba. «Se me ha hecho más difícil de lo que pensaba, pero sabía que lo iba a conseguir», declaró con claros signos de fatiga, con los labios y el rostro hinchados por la acumulación de sal.

En cambio, no sufrió las siempre molestas picaduras de medusas. «Por la noche, la luna estaba casi llena y había más luz de lo que pensaba. Y no ha habido medusas, que es un hecho muy importante», señaló Llorens, que da por cerrado su ciclo de grandes gestas deportivas.

Por último, la menorquina, con lágrimas en los ojos, lanzó un mensaje de agradecimiento a «Montserrat Tresserras, la primera mujer que lo intentó y que no pudo conseguirlo, y a las mujeres luchadoras que persiguen sus sueños y no se dan por vencidas».

También tuvo palabras de cariño y reconocimiento con la deportista de Ciutadella el ibicenco Juanjo Serra: «Tita lo ha intentado tres veces en tres años, algo que es muy duro porque hay que entrenar muchísimo. Tiene mucho mérito, es una mujer de casi 50 años y es una auténtica pasada», dijo.