El maestro japonés Kunio Kobayashi sentó cátedra con el seminario que impartió a los 120 karatecas de diferentes edades, varios de ellos venidos de fuera de las Pitiüses, que tuvo lugar en el pabellón de sa Pedrera de Sant Antoni entre el viernes y el domingo pasados.

Kobayashi, que visitaba por segunda vez la isla para instruir a karatecas, es profesor de Shotokan Karate séptimo dan y posee cinco medallas de oro de los JKA-All Japan Karate Championschips y tres bronces en los Mundiales de Shoto Karate.

El nipón se volcó con todos los alumnos participantes en las diferentes sesions de trabajo que se desarrollaron y en las que hubo deportistas de todos los niveles. También lo hizo Fernando Rivera, instructor jefe de la Asociación Shotokan Karatedo Tradicional España.

Kobayashi aseguró que para él el kárate es «un camino de vida», además de su «trabajo» con el que da clases como las que impartió en Eivissa tras la llamada del Dojo Roig Pi, organizador del evento.

«El kárate es elegir un camino en tu vida y pasar por todas las etapas que conlleva, desde la juventud hasta la vejez. Empiezas de alumno, luego eres competidor, posteriormente pasas a ser instructor o árbitro. Y así llevas una vida de kárate hasta morir», explicó Iker Pérez, que ejerce de traductor de Kobayashi.

«Es como si fuera una religión», apostilló el 'sensei' japonés. «A mí en su día me dijo que cuanto más reza al kárate, más le da este», añadió Pérez.

Kobayashi manifestó estar encantado de participar en el seminario ibicenco, en el que aseguró que vio un nivel «muy elevado». «Desde Eivissa solicitaron un instructor en Japón. La otra vez ya estuve muy a gusto y regreso encantado», añadió el maestro nipón, que también destacó las virtudes de su disciplina, apta para personas de todas las edades.

«En Japón hay una tradición que dice que hay que trabajar la mente, estudiando, y el cuerpo, con algún ejercicio. El kárate es perfecto para fortalecer el cuerpo y el espíritu. Si se empieza desde niño, es más fácil luego de adulto seguir la dinámica de entrenamiento», declaró el instructor oriental.

Con respecto a los valores que puede inculcar a los niños, uno de los más importantes es que el kárate te «enseña no a ser campeón o famoso». «Más que a eso, te enseña a superarte a ti mismo y fortalecer así tu espíritu. Por eso es bueno para los niños», declaró Kobayashi.

Según el profesor japonés, «hay pocos maestros que instruyen en el kárate auténtico», al que lo separa de la vertiente más deportiva-competitiva de la disciplina. Sin embargo, Kobayashi recalcó que no importa si esta última es la vía de entrada al kárate si después el practicante encuentra el «kárate auténtico».

Participantes en el seminario

Los asistentes al evento, muchos de ellos profesores de kárate, pudieron afianzar algunos de los principales conceptos de formación de la disciplina. Juan Carlos Muñoz, llegado desde Cádiz, aseguró que «los seminarios de maestros japoneses son como diamantes en bruto llenos de conocimientos». «El hecho de que venga un representante de la cuna del kárate mundial a enseñarnos es un lujo. Está aquí, en Eivissa, y no hay que irse a Japón para ello», manifestó el asistente.

Muñoz, que lleva treinta años practicando el kárate, aseguró que en el curso aprendió «pequeños detalles» que a él se le van «sumando a muchos años de práctica». «Para otros karatecas, de diferente nivel, lo habrán visto todo como algo nuevo», comentó el gaditano, cuarto dan de la Asociación Japonesa de Kárate e instructor en una escuela en Cádiz.

También quedó muy satisfecho Fernando Pérez, entrenador en el club Samyd ibicenco, y que no quiso desaprovechar la ocasión del seminario ofrecido por el Dojo Roig Pi. «La valoración es muy positiva. El maestro Kobayashi trabajó cosas básicas, reiterando en la manera de hacer karate. Son las cuestiones que los instructores debemos tener siempre en cuenta. La verdad es que estuvo muy bien», manifestó Pérez.

Por su parte, Vicent Roig, uno de los propietarios del Dojo Roig Pi, también se mostró muy satisfecho por el desarrollo del curso, en el que se trabajaron «cosas muy básicas que tendemos a olvidar».

La itención es que dentro de dos años se repita el seminario con el maestro Kobayashi, que dejó claro su interés por regresar a la isla.