Un gol en el último minuto y de penalti permitió ayer a la Peña Deportiva conseguir tres puntos de oro ante el Hércules para mantener vivo el sueño de conseguir la permanencia en Segunda B. Los de Dani Mori vieron recompensado su esfuerzo y su determinación con una discutible pena máxima convertida por Salinas que deja al equipo a cuatro puntos de la permanencia después de que hayan pinchado todos sus rivales directos. El triunfo in extremis supone un enorme soplo de esperanza para un plantel que está desafiando a la lógica en una segunda vuelta admirable.

Dani Mori dejó a Salinas en el banquillo y apostó por la dupla Guille-Górriz en ataque, con Pepe Bernal y Polanco en los costados. Enfrente, el Hércules de Visnjic acumuló hombres en la medular, obligando a la Peña a emplear un fútbol demasiado directo para lo que venía siendo habitual.

Antes de cumplirse los dos primeros minutos ya se habían registrado dos ocasiones, una por cada equipo, en un inicio marcado por las fuertes rachas de viento. Ambos conjuntos se repartieron el dominio del balón, aunque con escasa capacidad de creación. El cuerpo a cuerpo y la pugna por los balones aéreos fue la tónica general durante la primera media hora de juego. En ese preciso momento la escuadra isleña reclamó un penalti, bastante claro, por derribo a Guille tras el saque de una falta lateral. El bloque alicantino, por su parte, sólo inquietó la meta defendida por Imanol en sendos lanzamientos lejanos, de Chechu Flores y Navarrete, que se marcharon desviados.

La ventisca no amainaba y ninguno de los dos contendientes conseguía domar el esférico, que apenas circuló por el tapete de Santa Eulària.

Al filo del descanso tuvo una nueva opción a balón parado el cuadro local, pero ni Borja Navarro ni Pau Pomar acertaron con el remate. Imanol detuvo una última acción de estrategia de los visitantes, que hasta el descanso no habían demostrado su teórica superioridad.

Los momentos decisivos

El segundo acto comenzó con interrupciones y cierta brusquedad, motivadas por las imprecisiones y el juego aéreo. Ni fútbol ni ocasiones. La pizarra parecía la única capaz de desatascar el partido, y de esa forma llegó la ocasión más clara de los peñistas, en una falta lateral botada de forma magistral por Bernal que Górriz cabeceó alto con todo a su favor (min. 60). La acción coincidió con la salida al campo de Salinas en lugar de Rueda, un cambio que devolvió a Pepe al centro del campo, escorando a Guille a la izquierda.

Entre ellos fabricaron otra gran tentativa para los locales, instantes después, pero el valenciano disparó al lateral de la red. La Peña comenzaba a hacerse acreedora de algo más que un punto, y más tras otra falta lanzada por Bernal que Pomar remató con la punta de la bota a escasos centímetros del poste derecho (min. 71). Cinco minutos después Salinas puso en apuros al meta Falcón con una volea a la media vuelta que fue demasiado centrada.

Pepelu puso la réplica con un derechazo que atajó firme Imanol. El Hércules, que hasta el momento había renunciado a darse alegrías en ataque, dio un paso adelante, pero sucumbió ante el arreón final de los isleños, empujados por una afición a la que venía espoleando el propio Dani Mori en la recta final, a lo Cholo Simeone.

La Peña encontró premio a su insistencia con un dudoso penalti sobre Salinas que, esta vez sí, decretó el colegiado a un minuto para cumplirse el 90 -minutos antes había amonestado al jugador por simular una caída en el área. El delantero ibicenco anotó su primer gol con la elástica blanca para dar tres puntos de oro en el camino hacia la permanencia de la escuadra de la Villa del Río.