El Formentera se despidió ayer de su participación en la Copa del Rey tras perder con el Alavés por 2-0. Su eliminación, aunque esperada, llegó con el honor de un equipo que se ha dado a conocer en el fútbol nacional por haber alcanzado los octavos de final después de eliminar al Athletic Club de Bilbao.
El equipo de Tito García Sanjuán tocó techo con la gesta lograda en San Mamés, pero ante el Alavés demostró ser un conjunto valiente y decidido que no se amilana ante las adversidades.
El preparador aragonés volvió a apostar por un once con tres centrales y dos carrileros. Sin complejos, porfió con el Alavés por el balón y tuvo momentos de gran lucidez con combinaciones al primer toque como la que finalizó sin acierto Juan Antonio pasados los primeros cinco minutos de partido. Poco después Chechu hizo su primera gran intervención al repeler un remate a bocajarro de Sobrino.
Aunque la escuadra del Pitu Abelardo se apoderó del balón entrado el primer acto, no consiguió penetrar las filas de un Formentera bien arropado y contundente en las tareas de contención. Los rojillos estaban dando la cara, y de qué manera. Conscientes de que el resultado les era ampliamente favorable, los albiazules se mostraron un tanto indolentes, recordando en varias fases del encuentro al denostado Athletic.
Inquietó los dominios de Sivera el bloque insular en sendas faltas laterales, próximas al área, siendo el exalavesista Gabri uno de los más destacados en los albores del encuentro.
A los 26 minutos, Chechu protagonizó otra gran parada metiendo la mano abajo tras un disparo ajustado de Wakaso desde la frontal del área. En la siguiente acción no corrió la misma suerte y salió en falso a un balón aéreo, pero la zaga rojilla desbarató el peligro.
Antes de llegarse a la media hora de juego, Víctor armó un gran centro desde la derecha a cuyo remate no llegó por un palmo Sobrino. El Alavés estaba apretando a un Formentera que, consciente de la difícil empresa que tenía por delante, no dudó en contemporizar para evitar el castigo físico.
Abelardo no las tenía todas consigo y se mostró inquieto en el área técnica. Su equipo parecía incapaz de sentenciar la eliminatoria, mientras el Formentera trataba de abrir el campo y mover el balón para desnortar a su rival.
Nando, a los 34 minutos, puso en apuros a Sivera con un córner muy cerrado que nadie acertó a cabecear con sentido. Respondió el Alavés con varias acciones a pelota parada, con Wakaso como ejecutor, pero fue el Formentera el que pudo avanzarse en el marcador tras un centro preciso de Bruno desde el costado diestro al que se anticipó el guardameta local antes de que Juan Antonio empujase el balón a la red (min. 37).
El bloque pitiuso rayó a un gran nivel en la primera mitad, en la que no solo preservó el 0-0 sino que tuvo opciones de poner contra las cuerdas a su poderoso oponente.
Bajón en la segunda parte
El murciano Javi Rosa fue uno de los grandes destacados tras la reanudación. El central se multiplicó en los 10 primeros minutos para lanzarse al corte y rebañar cada acción de peligro de los albiazules.
Sin embargo, no pudo evitar un excelente pase filtrado de Medrán al que llegó Demirovic para picar el cuero ante la salida de Chechu y anotar el 1-0. El Alavés salió en tromba y poco después del gol pudo aumentar diferencias, pero Chechu despejó con el cuerpo el remate en franquicia de Sobrino.
El Formentera, desfondado, apenas podía salir de su propio campo. Las ayudas defensivas no llegaban porque cada vez costaba más recorrer el campo y abarcar territorio. El agotamiento provocó, además, imprecisiones en el pase, lo que derivó en un claro dominio de la escuadra local. Con todo, los hombres de García Sanjuán nunca bajaron los brazos y mantuvieron su espíritu batallador.
Demirovic, que aparte del gol apenas participó en el juego, pudo lograr un nuevo doblete tras ganar la espalda de la defensa, pero de nuevo apareció salvador Javi Rosa para entorpecer su remate. En la siguiente jugada, Sobrino quiso sorprender a Chechu con una bonita vaselina, pero el cuero se estrelló en el poste.
Una vez efectuados todos los cambios, los isleños se animaron y gozaron de una falta peligrosa que despejó Sivera. El contragolpe, conducido por Demirovic, lo concluyó sin fortuna Medrán. Pedraza, en el minuto 90, estableció el 2-0 definitivo tras marcharse por velocidad y cruzar el cuero ante la salida de Chechu.
El equipo pitiuso acabó el partido pisando con asiduidad el área rival, demostrando ha alcanzado una madurez impropia en un debutante en Segunda B, categoría que a partir del domingo defenderá con uñas y dientes. La hinchada local lo valoró con cinco minutos de aplausos y cánticos.
