La Unión Deportiva Ibiza-Eivissa cumplió ayer su palabra. El proyecto que arrancó Amadeo Salvo hace dos temporadas superó uno de sus grandes escollos: el de lograr el ascenso a Tercera División tras dos temporadas condenado a disputar la Regional pitiusa. Los de Vila lo consiguieron ante su público y sufriendo hasta el final ante un gran Santanyí, que tras el 1-0 firmado en Mallorca obligó al conjunto que dirige David Porras a marcar de penalti a cuatro minutos del final y a hacer valer el privilegio de campeón de Ibiza y Formentera para celebrar el ascenso sin necesidad de ir a la tanda de penaltis.

El ambiente entre las 700 personas que vieron el duelo en el estadio municipal de Can Misses y entre los jugadores durante gran parte del partido no fue el de una remontada. No se sintió el terror del posible fiasco, el que hubiera protagonizado un equipo mayúsculo para la categoría, hasta casi el final del encuentro. El Santanyí planteó mejor el duelo hasta que Payán fue derribado en el área y el propio delantero se encargó de transformar la pena máxima. El resto fue literatura y fútbol de fango, donde los pillos se desenvuelven con soltura. El de un equipo que quiere aspirar a todo el próximo curso y que es la gran esperanza de gran parte de la afición futbolera de Ibiza.

La primera parte fue descafeinada y desilusionante, con un equipo local desenfocado y presa de la tensión que conlleva tener que remontar. Mientras, el Santanyí juntó líneas y parecía tener más claro el plan que debía llevarles al ascenso.

El primero en avisar fue Copi, pero su cabezazo a los seis minutos de partido llegó manso a las manos de Flecha. La misma escasa potencia con la que aterrizó el esférico a las manos del portero visitante tras un centro de De las Heras que nadie acertó a rematar (min. 24).

Gol anulado a Larra

Los mallorquines no dispararon entre los tres palos defendidos por Moro y se llevaron un buen susto cuando el colegiado anuló un gol de Larra por fuera de juego a la salida de una falta lateral. Pero el electrónico no se movió antes del descanso.

Mansour y Aitor tampoco pudieron concretar sus opciones tras la reanudación. Ya habían pasado 15 minutos del segundo tiempo y, pese a que el Ibiza aumentó la velocidad y comenzó a trabajar el encuentro, la sensación de peligro no llegaba a los aficionados.

Entonces, Porras realizó un doble cambio que comenzó a revolucionar el duelo. No fueron los protagonistas finales del enfrentamiento, pero la entrada de López y Beñat por Moussa y Jordi Serra y fue el inicio de un dominio casi total de los rojillos.

Antes de la jugada clave, Diop remató fuera y Copi pidió penalti en un empujón de Raúl. Fue el preámbulo de la jugada decisiva, cuando el propio Copi cazó un balón fuera del área, cedió de tacón a Payán y Gomila le derribó barriéndole el pie de apoyo cuando ya encaraba al portero. El árbitro señaló el punto de penalti y el '10' del Ibiza-Eivissa ejecutó de manera magistral a la izquierda de Flecha.

Fuster, expulsado

Faltaban cuatro minutos para el final del tiempo reglamentario y, gracias al privilegio de ser cabeza de serie, el equipo de Porras era virtual equipo de Tercera. En la prórroga se vio poco fútbol por encima del césped y mucho en la sombra.

Fuster se fue a la caseta por doble amarilla y pasaron los minutos hasta que Torres Rodríguez pitó el final. Fue la culminación de un objetivo fraguado hace dos años. Ahora, el nuevo Ibiza-Eivissa tendrá la oportunidad de comenzar el camino hasta el fútbol profesional. Será, si los despachos no lo impiden, el cuarto equipo ibicenco y el segundo de la capital en el grupo balear de Tercera.