El presidente de la Federació de Futbol de Balears (FFIB) denunció ayer con contundencia todos los actos violentos en los estadios y aseguró que se trata de «incidentes puntuales». «Últimamente hemos tenido dos casos, uno en Llucmajor y otro en Ibiza. Hablamos de categorías en las que no hay fuerzas del orden público porque lo normal es que no pase nada. Entre Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera se juegan 700 partidos cada fin de semana y lo habitual es que no haya incidentes», aseveró Bestard.

El máximo responsable del fútbol balear aseguró que la FFIB trabaja junto a las instituciones para que no se repitan incidentes como el del pasado lunes en Can Cantó, cuando se tuvo que suspender un encuentro de la categoría alevín entre el Insular B y el Sant Carles por el intento de agresión de un padre al entrenador de su equipo, o el de Llucmajor, donde el colegiado Marc Prats fue agredido e insultado después de un duelo de Segunda Regional entre los locales y el Balears sin Fronteras.

«Llevamos mucho tiempo trabajando todo lo relacionado con la violencia con el Govern y los consells. Lo importante es evitar cosas así y creo que estamos en una buena línea, ya que todos vamos de la mano. Aunque siempre hay excepciones que afean todo nuestro funcionamiento», apuntó Miquel Bestard, quien destacó la importancia de la «plena implicación» de toda la sociedad y de los equipos.

En este sentido, el presidente añadió que el Comité de Competición siempre aplicará la ley para castigar cualquier tipo de agresiones en un recinto deportivo, pero matizó la importancia que tienen los asistentes a los campos ante la falta de agentes de seguridad en estas categorías.

Identificar y aplicar la ley

«Debe haber una mayor implicación de los clubes, ya que son los más perjudicados. Los clubes y los aficionados son claves para identificar a los violentos, ya que si no poco se puede hacer desde los diferentes organismos sancionadores. Hoy en día cualquiera lleva un teléfono y hace fotos a todo lo que se mueve, no me puedo creer que cuando sucede algo así nadie conozca a la persona en cuestión. Si se conoce la identidad se puede sancionar», concluyó el dirigente mallorquín.

El Comité de Competición no había decidido al cierre de esta edición las acciones a seguir ante el conato de agresión al entrenador del Insular B, Marcelo Pintos. El partido entre el Insular y el Sant Carles se suspendió cuando el marcador reflejaba un 3-4 en el minuto 46.

Por su parte, el delegado insular de fútbol Vicente Bufí apuntó que estos incidentes en la isla están «mas o menos controlados» gracias al código ético que promueven las instituciones, aunque se encuentran de forma recurrente con «hechos puntuales» que empañan todo el trabajo realizado.

«Me consta que el padre ha pedido perdón y está arrepentido, pero es una acción que no tiene explicación. Los problemas se deben solucionar con los coordinadores de los equipos, que están para ayudar. No se puede dar este ejemplo a los pequeños, es algo impresentable», sentenció Vicente Bufí.

«Sabemos que es una competición, pero a estas edades lo único que se busca es enseñar mediante el fútbol. Creo que no hace falta decir a los padres lo que deben hacer o no. A los niños y niñas hay que decirles cómo se deben comportar, pero cuando los mayores hacen cosas así ya nos dejan definitivamente en fuera de juego», añadió el delegado insular.